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Dos especialistas del CONICET obtuvieron la beca IBRO/IBE-UNESCO Science of Learning Fellowship

Se trata de Sebastián Lipina y Andrea Paula Goldin, reconocidos por la Organización Internacional de Investigación Cerebral y la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO por sus investigaciones en ciencias del aprendizaje


Por sus trayectorias en las neurociencias del aprendizaje, Sebastián Lipina y Andrea Goldin, especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), respectivamente, en el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CONICET – CEMIC) y el Laboratorio de Neurociencia (Universidad Torcuato Di Tella), obtuvieron la beca IBRO/IBE UNESCO Science of Learning Fellowship en ciencias del aprendizaje.

La iniciativa de la Organización Internacional de Investigación Cerebral (IBRO, por sus siglas en inglés) y de la Oficina International de Educación (IBE, por sus siglas en inglés) de la UNESCO es el resultado de los esfuerzos de ambas organizaciones por establecer una asociación global orientada a integrar el conocimiento neurocientífico a la comprensión de los procesos de aprendizaje. Por tal motivo, desde 2015 ofrecen en conjunto tres becas anuales sobre ciencias del aprendizaje que reciben numerosas postulaciones de todas partes del mundo.

Para Lipina las becas IBRO/IBE UNESCO representan un reconocimiento académico: “Que la obtengan investigadores argentinos significa la oportunidad de involucrar en las propuestas de diálogo entre ciencia y educación, las perspectivas propias basadas en nuestras construcciones de conocimiento, y con ello, ampliar las miradas y conceptualizaciones en un sentido multicultural”, expresa, quien, además, destaca a ambas organizaciones internacionales por su amplia historia e influencia en las áreas de neurociencia y educación.

En tanto, Goldin sostiene: “Como latinoamericana veo constantemente la ‘importación’ de conocimiento en forma de herramientas, que no siempre pueden aplicarse en nuestros contextos y coyunturas. Me parece fundamental que dos organizaciones tan prestigiosas distingan a personas de Latinoamérica como movilizadoras de ciertos cambios necesarios”. Y agrega: “El hecho de que se reconozca a las neurociencias de la educación como una aplicación de relevancia y con potencial de impacto, es un gran logro de toda la comunidad de las ciencias del aprendizaje, a nivel global, de la cual me enorgullece mucho formar parte”.

Sobre los avances que la beca le permitirá alcanzar, Lipina explica: “Me interesa profundizar en la construcción de estrategias comunicacionales actualizadas para transferir conocimiento neurocientífico y de psicología del desarrollo, de forma que sea útil, para el diseño de propuestas en contextos de salud, desarrollo infantil, educación formal e informal”.

Actualmente, el investigador lidera proyectos referidos al impacto de las privaciones socioeconómicas sobre el desarrollo autorregulatorio cognitivo y emocional y sus asociaciones con el desempeño académico, durante la primera década de vida, con énfasis en la transición entre la etapa preescolar y la de escolaridad primaria; la modulación de tales asociaciones por parte de diferentes factores individuales, como por ejemplo, la regulación fisiológica cardiovascular, metabólica, inmunológica y de respuesta al estrés y el temperamento, y contextuales, como por ejemplo, la combinación de factores de privación y adversidad en contextos de desarrollo educativos y comunitarios.

También, el científico se interesa por el diseño de intervenciones experimentales orientadas a explorar niveles de plasticidad neural y cognitiva de poblaciones infantiles, que viven y se educan, en contextos de privación socioeconómica y, finalmente, la transferencia de conocimientos sobre estos temas al diseño de intervenciones escalables y políticas, orientadas a favorecer el desarrollo neural, cognitivo, social y educativo de niños que viven en condiciones de privación socioeconómica, durante etapas tempranas del desarrollo. Se destaca la inclusión de algoritmos, en este punto, que combinan información sobre oportunidades y riesgos para el desarrollo autorregulatorio a nivel individual y contextuales para identificar diferentes subgrupos de poblaciones con distintas necesidades y orientar intervenciones y políticas considerando la disponibilidad de recursos de una comunidad.

Por su parte, Andrea Goldin declara: “Espero con este apoyo continuar generando instancias y distribuyendo conocimiento, con una mirada práctica, para que los descubrimientos científicos sirvan de base a políticas públicas y lleguen a las aulas en programas para alumnos y docentes de todos los niveles”. Y continúa: “Soy una investigadora que piensa que el conocimiento que producimos tiene que ‘salir del laboratorio’ y llegar a nuestras comunidades locales. Creo que lograrlo también es parte de nuestro trabajo”.

Goldin trabaja desde hace aproximadamente quince años en neurociencia educacional utilizando diferentes enfoques experimentales, como: videojuegos, diálogos educativos, imágenes cerebrales, cuestionarios y tareas cognitivas, para estudiar diversas dimensiones del cerebro que aprende y enseña. La científica se interesa especialmente por la interacción alumno-docente, la enseñanza de la programación en nivel inicial, las formas de mejorar habilidades de pensamiento crítico en adolescentes, la crono-educación aplicada, y el desarrollo de herramientas para aprender y enseñar mejor en todos los niveles educativos.

Además, Goldin es directora de “Mate Marote”, una plataforma web gratuita y sin ánimo de lucro que, a través del juego, fomenta procesos cognitivos esenciales para la educación en el mundo real, que puede aplicarse en muy poco tiempo dentro de las escuelas y que mejora habilidades del pensamiento que son transversales a todas las materias. Recientemente, en colaboración con equipos médicos, Goldin comenzó a trabajar con adultos mayores con y sin patologías para, también, mejorar aspectos de su funcionamiento cognitivo, “con resultados promisorios”, adelanta la científica.

Los ganadores de la beca desarrollarán actividades orientadas a traducir investigaciones neurocientíficas y psicológicas del desarrollo claves relacionadas con el aprendizaje para educadores, funcionarios y formuladores de políticas públicas, que contribuirán al abordaje de la crisis global de aprendizaje. Como producto de estas actividades se generarán documentos que luego serán compartidos en el portal de IBE sobre ciencia del aprendizaje.