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Dora Barrancos recibió el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Rosario

El acto fue el 9 de septiembre.


En un emotivo acto en el Espacio Cultural Universitario de Rosario (ECU) el rector de la UNR, Franco Bartolacci, y el decano de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), Alejandro Vila, le hicieron entrega del diploma que le otorga a Dora Barrancos el título de Doctora Honoris Causa por la UNR. Estuvieron presentes en el acto los miembros del Directorio del CONICET Mario Pecheny y Roberto Rivarola, investigadores y becarios del Consejo, colegas y amigos de la homenajeada.

Abrió el acto el decano de la Facultad de Humanidades y Artes, Alejandro Vila. “Dora es una de las mayores referentes de la historiografía argentina y pionera en el desarrollo del campo de la historia de las mujeres. Además es docente, educadora, militante, política y feminista, y también, podemos agregar, amiga de nuestra casa desde hace muchísimos años. Es una intelectual profundamente comprometida con la lucha por la creación de derechos de los cuerpos e identidades disidentes en nuestro país. Todos esos aspectos, sumados a su frondosa producción académica, hacen que hoy la UNR la considere merecedora del máximo reconocimiento institucional que nuestra comunidad puede otorgar”.

En segundo lugar, habló Luciana Seminara, directora de la Escuela de Historia de la Facultad estuvo a cargo de la lectura de la laudatio ceremonial, y luego disertó el rector de la UNR, Franco Bartolacci: “Gracias Dora, por la sensibilidad y por la rebeldía. Gracias por hacer siempre con alegría, aún en los momentos más duros y complejos. Gracias por provocar siempre, por interpelar y movilizarnos; por ser una voz que sintetiza tantas voces”.

 

Un conocimiento construido y situado

Luego fue el turno de Dora, quien comenzó su discurso recordando con mucho cariño a dos colegas suyos, a quienes les dedicó unas emotivas palabras: Alberto Plá y Ricardo Falcón. “Alberto fue profesor mío cuando yo me formaba en el área de Sociología, en la Universidad de Buenos Aires, en la vieja Facultad de Filosofía y Letras. No puedo sino evocar a esa persona extraordinaria, también como docente, que marcó muchísimo a la comunidad rosarina”, indicó Barrancos.

Con Ricardo Falcón, “un gran amigo”, Dora contó que se encontraron a la vuelta de sus exilios, la devoción por las nervaduras de la historia social y el humor, “la humorada a tambor batiente”, y agregó: “Nos encantaba sacarle el almidón a las construcciones de la historia.

Luego, Dora presentó unas ideas al público, en medio de una gran emoción por el homenaje y los reconocimientos que recibió. “Me ha singularizado siempre la curiosidad, desde que era niña. Ese estado de inquietud frente a lo que no conocía, la curiosidad, a veces incomodaba a los adultos, a los maestros” comenzó Dora.

La agasajada expuso su reflexión en relación a la construcción del conocimiento. Al respecto, indicó: “Adherí fuertemente al trayecto epistemológico del constructivismo. Es un modo, es un método, es una figuración acerca de cómo construimos el conocimiento. En ciencia construimos el conocimiento, sí, lo construimos, lo inventamos, lo creamos, no descubrimos. No descubrimos una ley de la naturaleza, le damos a la naturaleza una ley. Lo que más nos desvela como investigadoras e investigadores es efectivamente: ¿qué nexo?, ¿qué fenómeno estoy creando? ¿Qué relación voy a hacer? ¿Qué es lo que puedo decir en relación a esto que está opaco y de esto que está aún más opaco? Y he ahí que establecemos un vínculo, una relación, creamos nuevos procedimientos”.

En el recorrido de ideas que fue hilando la investigadora, trajo a colación el libro La fabricación del conocimiento de Karin Knorr Cetina, “un texto que nos deja ideas memorables de cómo es el laboratorio, la fábrica del conocimiento”, indicó Barrancos

Continuando con la reflexión de la creación de conocimiento, Barrancos señaló: “Hay algo fundamental que nos dejaron los constructivistas, que es el carácter situado del conocimiento, que desafía fuertemente el presunto estatuto de la universalidad objetivante. En todo laboratorio el conocimiento es situado, desde luego, podemos acertar una cierta extrapolación pero lo más importante de la epistemología del constructivismo es la idea que sostiene que el conocimiento se realiza en condiciones de situación y responde a determinada relación, contexto y significación que lo sitúan”.

Otra cuestión que planteó la investigadora fue el sentido de la utilidad palmaria que debe tener todo conocimiento. “La idea de la utilidad empobrece el sentido del conocimiento, hay conocimientos que no pueden ser útiles inmediatamente. Desde luego, si estuviera la comunidad diciendo necesito tal cosa urgente, sin dudas eso debe ser una exigencia para las políticas científicas”, manifestó Barrancos y en este sentido, cuestionó la nomenclatura que divide ciencias aplicadas de ciencias ociosas, es decir, que no tienen una aplicación inmediata.

Con respecto a la utilidad o aplicación de las Ciencias Sociales, Barrancos indicó: “Cuando las Ciencias Sociales producen consecuencias en materia legislativa están siguiendo la articulación de las necesidades con el orden jurídico, en ese momento las Ciencias Sociales están haciendo una tremenda contribución aplicativa. Yo siempre he dicho que la historia no está en condiciones de dar grandes lecciones pero es probable que la memoria de algunas de sus lecciones nos haga repensar los futuros. He ahí el sentido aplicativo”, interpeló Dora.

“Creo en la condición humana. Sigo apostando a una repedagogía de los vínculos, a que la buena voluntad transformada en actos políticos, nos permite efectivamente crear un mutuo convencimiento acerca de las posibilidades más dignas de la vida. Cómo no voy a apostar a la idea de mayor justicia, de mayor equidad, cómo no vamos a apostar a la idea de eliminar las bases tremendas y tenebrosas del patriarcado y de la exclusión social. Sigo pensando que las relaciones de clases ominosas y opresivas algún día se van a superar. Pero bueno, mientras llega ese día, estamos tal vez más cerca de pensar que se va a caer, se va a caer”, manifestó enfáticamente Barrancos.

Ana Paradiso – CONICET Rosario