VINCULACIÓN TECNOLÓGICA

Deshidratadores solares para el fortalecimiento de productores frutihortícolas de Humahuaca

Desde Jujuy un equipo del CONICET articula con la comunidad educativa y con comunidades originarias para agregar valor comercial y nutricional a los alimentos.


El investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO, CONICET-UNSa), Gonzalo Durán, lidera un equipo de ciencias que lleva adelante proyectos que revalorizan la utilización de deshidratadores solares para dar valor a las producciones de frutas y hortalizas en la quebrada de Humahuaca, como también fortalecer las capacidades productivas y asociativas que permiten articular y construir con grupos de productores frutihortícolas de las comunidades originarias de Coctaca, Rodeo y Ocumazo y, por otro lado, con docentes y estudiantes de la Escuela Provincial Agrotécnica (E.P.A) N° 3.

La línea de trabajo que se viene ejecutando colabora con propuestas destinadas a afrontar la situación de emergencia alimentaria de los pobladores rurales de la Quebrada de Humahuaca. Para ello se propone, por un lado, mejorar la capacidad productiva y asociativa de los pequeños productores, como también el desarrollo de redes que permitan la distribución de una parte de la producción frutihortícola en instituciones públicas, tales como escuelas, centros de asistencia social municipal y comedores, que, entre otras funciones, se ocupan de la alimentación de los niños y niñas en el Departamento de Humahuaca” sostiene Duran.

Un secador solar es un sistema que usa la energía del sol para calentar y que cuenta con dos partes fundamentales: una es donde la energía del sol se capta y se utiliza para calentar el aire, a la que se la denomina “productor solar” y otra sección donde se coloca el producto que se va a “deshidratar”, a la cual se la llama “cámara de secado”. En palabras del investigador  “el secado solar tiene una importancia productiva grande, ya que sirve para vender un producto que está fuera de temporada. Todo tiene una época estacional, donde el mismo productor puede comercializar sus cosechas frescas, lo que se llama “primicia” y hay gente que consume producto fresco, pero cuando el producto queda fuera de temporada, entra en juego la importancia de los secadores, ésta tecnología permite deshidratar el producto para mantenerlo y poder venderlo después. Esa producción tiene un alto valor nutricional, tiene menos peso, se almacena más fácil, y permanece más tiempo en condiciones para su consumo”.

También destacó la asistencia técnica como un instrumento de vinculación tecnológica del CONICET que permitió el trabajo con la Escuela Provincial Agrotécnica, la capacitación de docentes y estudiantes en secado solar de alimentos y en el mecanismo constructivo de un modelo de secador solar. “La idea es que a futuro la misma escuela produzca sus propios secadores, replicando el modelo que ya tienen en desarrollo” sostiene Duran y agrega “profesores y alumnos de la escuela cuentan con un taller de herrería de envergadura, que tiene gran capacidad para la construcción de secadores solares, para reparación de los mismos, y a futuro también podrán construir colectores y calefones solares”.

El trabajo realizado se fortaleció en la convocatoria “Ciencia contra el hambre” y por contar con el compromiso de un equipo de científicos y científicas del CONICET que, junto a productores e instituciones de la comunidad, buscaron mejorar las condiciones de vida de la población y la calidad productiva de frutas y hortalizas, desde capacitaciones participativas y abordaje en red sobre buenas prácticas y usos del secador solar.