CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Del policía en la esquina a la garita

Un investigador del CONICET realizó un análisis en profundidad sobre la seguridad privada en el país.


Seguridad, palabra del latín securitas que toma su origen del adjetivo securus y significa sin cuidado o sin temor a preocuparse. Desde tiempos remotos, los hombres tenían la necesidad de sentirse libres de cualquier riesgo o peligro que pueda atentar contra su integridad. En la actualidad, este sentimiento es canalizado de manera privada: garitas en las esquinas, agentes uniformados en los edificios residenciales, grandes y pequeños comercios y lugares públicos y sofisticados sistemas de cámaras y alarmas son tan sólo algunas expresiones de una tendencia que se volvió cotidiana.

“Hice una investigación a lo largo de varios años con las herramientas y los puntos de vista propios de las ciencias sociales sobre la seguridad privada en la Argentina. No preguntando si está bien o mal, ni si debería existir o no, sino tratando de ver cuáles son sus características y componentes y qué causas estructurales contribuyen al desarrollo de la actividad”, aclara Federico Lorenc Valcarce, investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG). En su libro Seguridad privada: la mercantilización de la vigilancia y la protección en la Argentina contemporánea analiza el desarrollo del sector, su regulación estatal y las particularidades de las agencias y de quienes las contratan, entre otros aspectos.

 

¿Por qué estudiar la seguridad privada?

Desde hace quince años trabajo en temas vinculados con seguridad y en este marco me llamó la atención la existencia de empresas privadas que ofrecían servicios de vigilancia y protección. Cuando empecé a estudiar la temática, era menos visible que ahora, entonces comencé esta investigación que trata de mostrar los distintos aspectos de este fenómeno que en general se explica desde perspectivas parciales. Desde la misma época, hay un fuerte interés en el trabajo de temáticas sobre seguridad y delito en el campo de las ciencias sociales.

 

¿Qué características tiene la seguridad privada en el país?

Es una actividad que existe en la Argentina desde hace cerca de medio siglo y se ha expandido a lo largo de los últimos 20 años con más intensidad. Esto llevó a que existan hoy empresas grandes, muchas vinculadas a capitales internacionales, que ofrecen servicios en una pluralidad de espacios que van desde las grandes plantas industriales hasta los edificios de departamentos. Por otro lado, cada uno de los tipos de clientes de las agencias de seguridad privada requiere servicios diferentes y los contrata en función de necesidades específicas. Las razones por las cuales una planta industrial de fabricación de automóviles requiere de seguridad privada son muy distintas a las de una familia que la contrata, pero la seguridad privada tiene un elemento común: la protección de la propiedad privada.

 

¿Por qué considera usted que se produce está expansión de la seguridad privada?

Hay tres factores principales por los que ocurre este fenómeno. Por un lado, una tendencia de distintos actores, organizaciones o familias a buscar un mecanismo de protección en un entorno que es percibido como de creciente inseguridad. Hay una apreciación de un aumento de riesgo que empuja la demanda, sobre todo en segmentos que antes no recurrían al mercado para protegerse. Por otro lado, la seguridad privada se ha institucionalizado de tal manera que cualquier persona mínimamente informada sabe que puede acceder a un servicio de vigilancia electrónica o física a través de un contrato con una compañía. Esto tiene legitimidad social y de las autoridades políticas y es visto como un comportamiento razonable. Finalmente, la estrategia de expansión de las propias empresas que empezaron a apuntar a través de maniobras comerciales a clientes que antes no les interesaban como consorcios, pequeños comercios, familias, etc.

 

¿Qué regulaciones recaen sobre las empresas de seguridad privada?

Como cualquier otra empresa, primero tiene que cumplir con todos los requisitos de una sociedad comercial: estar regularizada ante las autoridades impositivas y si tiene empleados, estar inscripta en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. Además, la seguridad privada tiene regulaciones particulares que establece cada provincia, a través de una ley específica que rige sólo para su territorio, y que define las actividades que se pueden llevar adelante. Hay algunas que están prohibidas como las escuchas telefónicas y la investigación de asuntos penales o políticos. Finalmente, cada estado provincial lleva un registro de las agencias, fija un canon que la empresa debe pagar cuando se empadrona y que eventualmente tiene una renovación cada una cierta cantidad de años.

 

¿Cuál fue el objetivo de estudiar la seguridad privada?

Considero que estudiar cualquier fenómeno social desde las ciencias sociales es una contribución al conocimiento reflexivo, al saber que la propia sociedad tiene sobre sí misma. Que los sociólogos, antropólogos o politólogos nos hayamos dedicado a estudiar fenómenos vinculados a la seguridad creo que tiene un impacto sobre las políticas públicas. La manera en que se plantean estos problemas es un contrapeso necesario a ciertas miradas más esquemáticas que uno puede escuchar en los medios de comunicación, en el discurso político o en la conversación cotidiana. La investigación de las ciencias sociales contribuye a un conocimiento crítico y reflexivo de los problemas sociales y en este marco la seguridad es cada vez más importante no solamente para los cientistas sociales sino para la sociedad y el Estado.

 

¿Cómo se realizó el estudio?

La investigación tiene distintos componentes, se hicieron entrevistas con personas que son propietarias o están a cargo de la dirección de empresas de seguridad privada, con sus trabajadores, con funcionarios gubernamentales de distintas provincias que se encargan de regular la actividad privada, con funcionarios del Registro Nacional de Armas (RENAR), que regula el uso de armas, con directivos de las cámaras empresariales y con clientes de distinto tipo, desde industrias hasta familias. El abanico de actores que operan en el sector es muy amplio. Lo mismo pasa con los servicios, tenemos desde los tradicionales servicios de seguridad física con vigiladores hasta los de innovación tecnológica en el campo de la vigilancia electro-óptica con cámaras de seguridad y alarmas. También el control de accesos y otros elementos tecnológicos.

Federico Lorenc Valcarce es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne. Es investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Investigaciones Gino Germani y profesor asociado en la Universidad Nacional del Litoral y profesor adjunto en la Universidad de Buenos Aires y en la de Universidad Nacional de Mar del Plata. Allí dirige el Departamento de Sociología y el Grupo de Estudios sobre Violencia, Justicia y Derechos Humanos.

  • Por Cecilia Leone