JORNADAS DE PERIODISMO CIENTÍFICO

“Cualquier tema científico puede ser atractivo, la clave es relacionarlo con otras cosas”

Lo dijo el científico Bekinschtein, que junto al periodista Pablo Corso reflexionó sobre la comunicación de la ciencia en el Centro Cultural Recoleta.


En el marco de los Proyectos en Colaboración impulsados por el Centro Cultural Recoleta, las Jornadas Federales de Periodismo Científico impulsadas por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se realizaron en el Espacio Microcine de ese espacio. La cita fue el día del periodista, 7 de junio, y los invitados fueron Pablo Corso, periodista freelance de revistas como Brando, Rolling Stone y Viva, y el científico Pedro Bekinschtein, doctor en biología, neurocientífico e investigador del Consejo, además de divulgador en El Gato en la Caja y otros medios.

El encuentro comenzó con la historia de cómo Bekinschtein eligió la ciencia como su campo de trabajo: “Desde chico yo me pasaba horas mirando la pecera antes de mirar la tele, tenía cierta curiosidad y cierta necesidad de sistematizar al mundo. Con el tiempo eso se fue materializando, cuando supe que podía `trabajar de ser curioso` e investigar cómo funciona el mundo. En el secundario, cuando tuve Biología por primera vez en el secundario, tuve una profesora muy buena que me despertó el interés por esa ciencia. Fuimos al Instituto Malbrán, para ver cómo trabajaban los científicos y qué hacían, dije `esto es lo que yo quiero hacer`. El campo de la memoria y el olvido llegó de manera fortuita, cuando me tenía que especializar para el doctorado, me surgió una beca en un espacio de neurociencias. No sabía si era el campo que me iba a gustar, me tiré el lance, y me gustó, por eso seguí en ese camino”.

Corso, por su parte, estudió comunicación después de hacer un proceso de orientación vocacional en su escuela. “En ese proceso me hice preguntas sobre lo que me gustaría hacer, y eso me ayudó mucho. Siempre me había gustado escribir ficción y siempre fui lector de revistas: desde Billiken hasta El Gráfico o la Rolling Stone. En un momento me di cuenta que era un sueño poder escribir en los lugares que había leído. Después de algunos trabajos que no tuvieron que ver con el periodismo, en 2005 –con 25 años- publiqué mi primera nota en la Revista Lugares, que surgió porque trabajaba como administrativo en una agencia de turismo, y un día de caradura me presenté en la redacción a ofrecer una nota de viajes, curiosamente me dieron bolilla. Creo que uno se hace periodista cuando publica: ese fue mi camino”.

En 2014, Corso entrevistó a Bekinschtein para la Revista Brando. Comentó que se enteró de su tema de estudio por su madre, que había visto al científico disertar en la Semana del Cerebro en Bariloche. “Le gustó mucho, sobre todo porque Pedro contó que era muy fácil la implantación de recuerdos falsos. Eso me quedó dando vueltas, lo propuse a la editora y así salió”. Además de Brando, Corso publicó notas en revista Anfibia, Rollling Stone y en el diario Crítica de la Argentina, donde fue redactor en la sección Sociedad.

“Fui a la nota con Pedro –contó Corso- con preguntas puntuales, y sabiendo que cuando lo entrevistara iban a surgir otras cosas nuevas. En ese sentido, entré a esa nota con la idea de contar cómo se construye un recuerdo, pero salí un poco más interesado en los mecanismos mediante los cuales se olvida. De hecho, una vez que desgrabé la charla vi que se podía entrar por ahí y lo terminé de definir. Eso demuestra que las notas son una mezcla de preparación previa e improvisación en el momento de la entrevista”. Por su parte, Bekinschtein comentó que como científico, le gustan las notas en las que le preguntan por su trabajo, porque “muchas veces las notas son muy generales, sobre neurociencias a grandes rasgos, y terminan siendo menos interesantes que las que te preguntan puntualmente por lo que vos hacés, tus intereses, tus preguntas y tus hipótesis, tu personaje científico. Ahí logra entenderse que los científicos estudian cosas muy específicas, aunque nuestras preguntas siempre son grandes. Está bueno que se comunique que la ciencia es una construcción colectiva donde cada científico aporta una parte”.

En otro tramo del encuentro, Bekinschtein comentó que se fue interesando por la divulgación a través de la escritura, que siempre le gustó. “La que descubrió que podía hacerlo fue mi hermana, que es periodista”, dijo. “A lo largo del tiempo, fui desarrollando varias estrategias para hacer comunicable mi tema de investigación. “Hacerme preguntas que todos se hagan, como qué es el olvido. Pero creo que hacerlo autobiográfico, compararlo con anécdotas y situaciones de mi propia lo hace más real y atractivo, porque lo que le pasa a uno es lo que suele pasarle al resto de las personas”.

Sobre entrevistar a un científico, Corso comentó sobre sus complejidades y particularidades. “Hay que hacer las preguntas más ingenuas, aunque uno quede medio `tonto`. En temas complejos no conviene dar nada por supuesto, y además, a preguntas `tontas` pueden surgir respuestas inteligentes o inesperadas. Hay que mirar todo con una actitud muy abierta y ser curioso para repreguntar e indagar más en los conceptos que se despliegan en la entrevista, para luego hacer un texto lo más accesible posible”. Otra cuestión fundamental en sus notas, dijo, es ir al lugar de trabajo del investigador, lo que le da más información sobre el personaje.

“La ciencia, quizás no es lo más vendible como tema para los medios, pero hay que buscarle la vuelta para que a los editores les interese”, indicó Corso en otro momento del encuentro. “Con la materia prima de la entrevista –comentó-, trato de incluir escenas, personajes, que haya más crónica en mis notas, para hacerlas más amenas de leer, así como ligar los conceptos con otras cosas, como música o películas. Otro recurso que a veces uso es el relato indirecto”.

Consultado sobre la necesidad de especialización, Corso comentó que los cursos y posgrados sirven en materia de periodismo científico, pero indicó que “para hacer periodismo sobre temas científicos, lo primero que hay que hacer es ser buen periodista: tener las herramientas para hacer las preguntas y abrir los conceptos.

“Estoy rodeado de periodistas en mi familia y en mi entorno, y por eso sé que hay algunas cosas que los periodistas no tienen que hacer: por ejemplo, empezar una entrevista con un científico diciendo que no sabe nada del tema. En esas entrevistas en general las preguntas tienen que ver con prejuicios que circulan, no van al hueso”, expresó Bekinschtein. “El desafío para los científicos –continuó- es cuánto dejar afuera de su investigación para comunicar una idea. Aún hay mucho prejuicio, un científico siempre piensa que lo que está diciendo son generalidades, pero no es así. Casi cualquier tema científico puede ser comunicable y atractivo, lo importante es encontrar la forma para hacerlo: relacionarlo con cosas tangibles”.

A modo de conclusión, Corso dijo: “Lo que a uno le gustaría leer, es lo que hay que escribir. Que no sea aburrida, que la nota vaya a algún lado, esa es siempre la idea”.