Crecer a la luz del conocimiento

Cada tres años se lleva a cabo el Congreso Internacional de Biología Molecular de Plantas (IPMB), un encuentro que reúne a especialistas de todo el mundo para intercambiar experiencias y mostrar los avances más recientes en este campo. Cada edición se realiza en un lugar diferente y este año la 11va edición desarrolló en Foz de Iguazú, Brasil, y fue organizado por un comité binacional argentino-brasileño (ver ‘Comité organizador local’)

Rita Ulloa, investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor N. Torres” (INGEBI, CONICET-UBA), fue una de las organizadoras argentinas – junto al también investigador del CONICET Fernando Carrari – del congreso, en el cual confluyeron especialistas de todo el mundo.

“Una parte importante del apoyo que recibimos de instituciones como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica, entre otros, la destinamos a cubrir becas para que estudiantes y jóvenes investigadores pudieran concurrir”, cuenta Ulloa, presidente del comité local.

¿Por qué se decidió financiar becas?

Lo que buscamos fue fomentar el acceso al Congreso de miembros de la comunidad científica joven, como estudiantes de licenciatura, de doctorado, postdoctorado e investigadores que recién comienzan. Uno de los objetivos de esa iniciativa fue que especialistas internacionales de prestigio y jóvenes investigadores se vinculen en sus disciplinas para generar colaboraciones de trabajo y brindar además un marco de discusión y debate para el intercambio de conocimientos. Fue un encuentro con un alto nivel de convocatoria internacional: participaron más de 1.100 personas de los cinco continentes, de los cuales éramos cerca de 300 argentinos, entre investigadores y estudiantes.

¿Qué temas se abordaron?

Hubo 11 sesiones plenarias y 54 simposios. Un comité internacional de expertos eligió las temáticas que hoy están a la vanguardia de la investigación en plantas en el mundo. Por ejemplo, en las conferencias plenarias los tópicos giraron en torno a biología sintética, epigenética, metabolismo vegetal, interacciones planta-patógenos y mecanismos de señalización celular, por nombrar algunos. El representante de Argentina, Jorge Casal [investigador superior del CONICET en el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA, CONICET-UBA)] disertó sobre fisiología vegetal y acerca de como las plantas responden a la luz, especialmente al sombreado, mientras que el representante de Brasil dio una conferencia sobre interacciones planta-patógeno.

¿Y qué temas se tocaron durante los simposios?

Se armaron bloques funcionales, agrupando temáticas afines y buscando que no se superpongan para que puedan asistir personas con distintos intereses. Hubo, por ejemplo, grupos que expusieron sobre cross talk hormonal en plantas; interacción planta-patógeno con inmunidad basal y adquirida; respuestas defensivas; hubo un bloque dedicado a la interacción de las plantas con la luz; otro sobre cultivos regionales, donde se hizo hincapié en aquellos más relevantes para Argentina y Brasil; de biología sintética; epigenética y estrés biótico y abiótico, por nombrar algunos. El objetivo de tener estas sesiones simultáneas fue abarcar la mayor cantidad de temas, en un campo que tiene tantos aspectos como es la biología molecular de plantas.

¿Cuál es su balance del encuentro?

Hubo un muy buen trabajo coordinado entre el directorio del International Plant Molecular Biology (IPMB) y el comité organizador, constituido por 25 miembros de Argentina y Brasil, para seleccionar los temas que se trabajaron. Porque hay que tener en cuenta que cada año surgen nuevos focos interesantes para el estudio y este congreso se realiza cada 3 años. Y creo que su gran impacto residió en el alto nivel de las investigaciones que se presentaron.