PROGRAMA NACIONAL CIENCIA Y JUSTICIA

Se realizó una jornada de trabajo de identificadores genéticos para uso forense

Diversos especialistas debatieron sobre los requerimientos para la elaboración de un marco normativo nacional para el uso de estas técnicas.


El Centro Cultural de la Ciencia (C3) fue el escenario en el que se llevó a cabo el Workshop de Identificadores genéticos para uso forense, una jornada de trabajo que reunió a diversos especialistas en la temática para discutir la elaboración de una base normativa que permita utilizar estas técnicas en la República Argentina. El workshop fue organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT), el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Programa Nacional Ciencia y Justicia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

En la apertura del encuentro, cuyo objetivo fue estudiar los principales aspectos técnicos y de calidad en la utilización de identificadores genéticos para explorar las posibilidades de creación de una base de datos unificada a nivel nacional con dichos identificadores, el Secretario de Articulación Científico Tecnológica, Lic. Agustín Campero, señaló con beneplácito que este tipo de intercambios se realicen. “Decidimos darle una dinámica de mesas, de intercambio y de debate para que sea de utilidad y que se genere conocimiento para la posible elaboración de un proyecto de ley”, explicó. Campero estuvo acompañado por el Dr. Alan Temiño, gerente de Asuntos Legales del CONICET y responsable técnico del Programa Ciencia y Justicia.

La coordinadora del encuentro, Dra. Fabiana Arzuaga, comentó el trabajo que se viene realizando desde 2006 en el ámbito científico, en la búsqueda de una intersección entre el avance tecnológico y los nuevos marcos regulatorios. Asimismo, comentó que la génesis del workshop fue pensar cómo el Ministerio de Ciencia podría contribuir para mejorar el uso de la identificación de ADN en el ámbito forense.

Y continuó: “Con esta actividad queremos sentar precedente para poder hacer una normativa efectiva que refleje el estado del arte internacional. La identificación de ADN implica información personalísima. Por detrás de todo esto está la legalidad, ese es uno de los ejes que deberemos discutir hoy”, destacó Arzuaga.

 

Debate

Después de la apertura del encuentro, quien tomó la palabra en la primera mesa, dedicada a los aspectos técnicos del uso de identificadores genéticos para uso forense, fue el doctor Carlos Romero Casabona, miembro de la Cátedra Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco, de España. “En el último siglo –comenzó su alocución- la identificación de personas a través de rasgos biológicos se convirtió en una de las técnicas más utilizadas. El aporte del ADN no es nuevo, pero es un salto de importancia que se realizó gracias a la ciencia”.

Luego, Casabona explicó qué es la biometría. “Pretende identificar a las personas por medio de mediciones biológicas –corporales o físicas- con fines criminales. Una de las principales técnicas fueron las `mediciones antropométricas`, que tienen que ver con las huellas dactilares, que se siguen utilizando aunque no sean demasiado precisas, y los perfiles de ADN copiaron sus procedimientos”. Dichos perfiles de ADN ya son de utilización habitual, tal como indicó el especialista, pero requieren cierta infraestructura de ficheros con los perfiles de ADN propiamente dichos. Luego, Casabona se refirió a dos leyes argentinas alusivas a este tipo de técnicas: la ley del Banco Nacional de Datos Genéticos y la Ley de Datos Genéticos en relación con los delitos de integridad sexual, de 2013.

“Estas técnicas también permiten detectar relaciones de parentesco, que son de utilidad en el ámbito civil. También, se utiliza la identificación de restos cadavéricos para averiguar el destino de personas desaparecidas. Los identificadores genéticos son especialmente importantes en catástrofes climáticas y las provocadas por el ser humano, como las guerras. La parte más conflictiva de su uso se da en el ámbito penal, donde estos análisis pueden llegar a ser pruebas decisivas para incriminar o descartar a un sospechoso de un crimen”, completó. También dijo que en Europa, las técnicas de identificación de ADN se están utilizando para hallar a migrantes indocumentados.

Por último, Casabona resumió las características que le dan validez a los identificadores genéticos de ADN: “Por un lado, la universalidad de las pruebas; por el otro, que son individualizadores –permiten distinguirnos unos de otros-; que son irrepetibles –brindan rasgos excluyentes de cada uno de nosotros-; inalterables; de sencilla detección y fiables”. Y se refirió a fallos emblemáticos, como el caso Castro, en Estados Unidos, donde los abogados alegaron que las pruebas obtenidas a través de técnicas de identificadores genéticos de ADN eran poco fiables y no homologadas, lo cual fue tenido en cuenta y hubo absolución. También se refirió, en tal sentido, al caso Simpson.

Más adelante, tomó la palabra la doctora Cecilia Bobillo, directora del Laboratorio de ADN de la Procuración General de la Provincia de La Pampa, quien destacó a través de su presentación a aquellas provincias que poseen legislación procesal en materia de Registros de ADN. Asimismo, se refirió a la Junta Técnica del MinCyT convocada en 2016, creada por resolución para definir pautas técnicas con el objetivo de que los laboratorios puedan generar datos de identificación genética. Principalmente, se refirió a la importancia de la acreditación de los laboratorios, requisito que se debería cumplir para generar datos confiables. A partir de esa Junta, Bobillo remarcó que se realizó un documento para unificar criterios, en los que se establecieron las pautas edilicias y referidas a la calidad y a la experiencia de los recursos humanos del laboratorio. Desde la Junta Técnica también realizaron una encuesta, que se concretó en 17 laboratorios oficiales y cuya revisión se realizó de la mano de Claudia Garcia Bonelli, técnica del CONICET especialista en normas de calidad.

Finalmente, Bobillo puntualizó que las necesidades relevadas en los laboratorios van desde lo edilicio, hasta el presupuesto en mantenimiento e insumos, la capacitación continua, la acreditación de normas IS 17025, la instalación del sistema CODIS en los laboratorios –para poder comparar perfiles genéticos entre diversos laboratorios- y el acuerdo de procedimientos comunes.

Después de la primera mesa, se realizaron dos más, referidas al uso de perfiles de ADN en el proceso judicial. Participaron oradores como Diego Carbone, Director Nacional del Registro Nacional de Bienes Secuestrados y Decomisados durante el Proceso Penal; Mariana Herrera, Directora del Banco Nacional de Datos Genéticos; Jorge Dotto, director del Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual; y Gustavo Sibilla, de la Fundación Sadosky.

 

Cierre

El final del encuentro estuvo a cargo del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, Dr. Lino Barañao, quien historizó sobre el ADN, un hecho contemporáneo, del que “sabemos mucho pero aún hay algo fundamental que no sabemos: el código de la vida. Sabemos dónde está el hardware, es decir cómo se codifican los componentes, pero no sabemos dónde está el software, o sea dónde se codifica el comportamiento innato: cómo se pasa de ese genotipo a un fenotipo. Ese es el código de la vida y todavía no lo sabemos. Por lo tanto, aún hay muchos interrogantes”.

Y continuó: “En este caso particular que nos convoca hay riesgos, porque hablar de ADN también es hablar del derecho a la privacidad, de la dignidad, y de cuestiones que van más allá del ámbito forense. Hay complejidades que piden un abordaje multidisciplinario y este evento es una muestra de que es factible hacerlo. Es un deber, tanto para salvaguardar los derechos de quienes estarán expuestos a los riesgos como para avanzar en el conocimiento científico”.

Para finalizar, Barañao destacó la pasión y la labor de Daniel Corach, científico del CONICET especialista en el ámbito forense, que estuvo presente en la sala participando del debate, y concluyó expresando que: “Esta herramienta, puesta al servicio de la Justicia, permite hacer un ejercicio de la Justicia basado en herramientas más robustas y confiables”.

 

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