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Hubo dentro de la teoría sociológica, un sociólogo que se tomó las cuestiones de la cotidianidad en serio, y arrastrado por la lógica de las invenciones opuestas a los orígenes, también confirió el carácter de invención a lo cotidiano, esas maneras de hacer por esos practicantes de lo ordinario. Y abrió una perspectiva de análisis para los sociólogos, que sensibles a la etnografía y las exploraciones de tipo antropológico, durante años vieron sucumbir ante la presunción científica de la estadística, sus descubrimientos de lo cotidiano: las innumerables astucias de los <<héroes oscuros>> de lo efímero, caminantes de la ciudad, habitantes de los barrios, lectores y soñadores, pueblo oscuro de las cocinas (de Certeau-Girard, 1999), y porque no, como distintos actores del campo jurídico. Fue necesario que llegara Foucault, con su insurrección de los saberes sometidos, para que aquellos saberes soterrados, condenados a los museos de arqueología, surgieran a la luz, y su carácter de reinvención permanente fuera reivindicado. Es en este contexto, que debe inteligirse la selección de temas que desarrollo en esta presentación: en temas que aparecieron con la suficiente presencia durante la realización del proyecto de tesis doctoral La cartografía moral de las prácticas judiciales en los Tribunales de Menores, cuya emergencia no estaba prevista en el diseño inicial del proyecto en cuestión.De la infinidad de temas que surgieron, solo me detuve en los que enuncio: 1) La atención de los mayores; 2) el artículo 41 quáter del Código Penal; 3) Acerca de la discriminación: ¿es distinto juzgar mayores que menores?; y 4) Alternativas para resolver las cuestiones de competencia ampliada.

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