Prólogo

BIDASECA KARINA

Plano de evacuación

Modesto Rimba

Lugar: Bs. As.; Año: 2016; p. 1 - 2

Ana. La ciudad. Fondo y figura. Figura y fondo. Por momentos ambas se fusionan hasta no lograr discernir cual es cual. Recortada en los pasajes de una prosa fresca y dinámica, la autora toma partido por la inmanencia frente a la trascendencia. La figura de Ana incrustada en el paisaje de una ciudad desbordada por las inundaciones permite imaginar otras vidas posibles bajo los trazos borrosos de Otras Anas que tienen la dicha de ser representadas o cantadas. La Ana spinettiana que no duerme, la Ana loisiana que se dirime entre el mandato social y el deseo de ser libre.
Una Ana nómade, móvil, enfrentando al mundo, mapeando su vida al borde de caer en la boca de tormento. 
¿Qué se espera de Ana? ¿Es Ana una pregunta o una respuesta inconclusa? ¿Es Ana la semi pregunta de la respuesta que espera devolvernos la autora? ¿Es Ana el espejo en el cual bucear en nuestros océanos inciertos para lograr reconocernos? ¿Es Ana una frágil presencia en esa ciudad que todo lo traga y lo regurgita? ¿Es Ana una devenir micropolitica de la resistencia? 
Resistencia o re-existencia en los pliegues de la trama que se resiente pero resiste en el jaleo de la cuerda. Ana tira de una punta y cada vez que mas fuerza opone, más fuerza siente. La fuerza necesaria para brincar del otro lado. Allí donde la mujer se precipita al vacío, toma aliento y vuelve. Una y otra vez. Vuelve. ¿Es posible atravesar las fronteras invisibles que separan a unas Anas de otras? 
La calma de la ciudad la invita a imaginar y dar rienda suelta a sus deseos. La rutina familiar la agobia. Necesita abstraerse por un momento. Sus fugas virtuales nocturnas le ofrecen el sosiego.
La devuelven al lugar que perdió, enredada en las terminaciones nerviosas de sus brazos alzados al cielo tratando de alcanzar un puñado de estrellas. Ana sobrevive. Vive. Respira. Decide. Por fin. Sin sentir culpa. No ahora. No cuando todo se empeña en lo contrario.