Condiciones ambientales extremas afectan fuertemente la composición de las comunidades microbianas en charcas de Punta Cierva (Península Antártica).

DIAZ MICAELA; LAGOMARSINO L.; LAKKALA, K; KUJANPÄÄ, J; MATALINI G; FERMANI P

Congreso; I Congreso Científico Provincial sobre Antártida; 2022

El continente antártico resulta mayormente afectado por los fenómenos asociados al calentamiento climático, y, en consecuencia, el incremento de la radiación solar UV-B. El oeste de la Península Antártica es probablemente la región de mayor biodiversidad y ecológicamente dinámica, cuya área es la más perjudicada por el calentamiento global. En particular, Punta Cierva está constituida por un sistema de humedales que alberga a la ZAEP Nº 134, nominada así por su excepcional biodiversidad. Durante la época estival se produce allí el derretimiento de la nieve, dejando al descubierto diversos cursos de agua dulce. Las charcas son los ecosistemas más abundantes. Éstas son muy importantes desde un punto de vista ecológico, debido a la gran reserva de biodiversidad, y a la intervención en los ciclos regionales y globales de gases de efecto invernadero, así como en muchos procesos biogeoquímicos llevados a cabo por los microorganismos. Debido a su menor tamaño, las charcas experimentan grandes fluctuaciones físicas y químicas, y suelen ser más susceptibles a los cambios climáticos estacionales (y globales), que afectan en gran medida a las adaptaciones fisiológicas de los microorganismos. La disponibilidad de luz y la temperatura son consideradas dos de los factores más importantes que regulan las comunidades microbianas; sin embargo, en ambientes extremos, los posibles escenarios resultantes pueden ser muy diversos. Los objetivos de este trabajo fueron caracterizar tres charcas localizadas en Punta Cierva, en base a sus factores físicos, químicos y morfológicos; y determinar la abundancia, biomasa y composición de los componentes de la red trófica microbiana asociados a las variaciones ambientales. Durante enero y febrero de dos años consecutivos, 2017 y 2018, se llevó a cabo la toma de muestras en tres charcas (LAPO 1, 2, y 3) con características limnológicas contrastantes. Las muestras se obtuvieron en dos capas: SML (microcapa de superficie) y SUB (subsuperficial). En el año 2017 se registró una mayor radiación solar, UV-A y UB-B. A su vez, los datos de nubosidad fueron mayores en 2018. El relevamiento morfométrico nos permitió diferenciar las tres charcas, siendo LAPO 1 y 2 más similares. Las variables físico-químicas difirieron durante los meses de enero y febrero de los años 2017 y 2018; revelando la alta variabilidad ambiental de estos sitios. Los componentes microbianos estuvieron fuertemente asociados a las variables ambientales, encontrándose diferencias significativas entre charcas y años. En 2017, la composición picoplanctónica en LAPO 2 y 3, estuvo representada mayormente por picoplancton autótrofo (>60%); mientras que las bacterias unicelulares rondaron entre el 20 y 40 % de la biomasa total. En 2018, con menor radiación incidente, esta situación se revirtió y el bacterioplancton dominó todos los cuerpos de agua. El promedio de biovolumen de bacterias filamentosas en 2017 fue de 43.9%, relacionándose con estudios previos que indicaron una fuerte relación entre la radiación UV-B y la formación de filamentos, como medida de protección. Estos resultados indicarían que los microorganismos que habitan las charcas antárticas responden rápidamente a los cambios físico-químicos y ambientales, pudiendo actuar como centinelas del calentamiento global.