INVESTIGADORES
KUBISCH Erika Leticia
congresos y reuniones científicas
Título:
Anomalías, deformidades y traumas en el caparazón en una de las poblaciones más australes de tortugas terrestres
Autor/es:
ECHAVE, MARIA EUGENIA; KUBISCH, ERIKA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Nacional de Herpetología; 2021
Resumen:
La principal característica que define a los quelonios es el caparazón, formado por la expansión lateral de las apófisis transversales de las vértebras que se fusionan entre sí y con el esternón y una cubierta de placas córneas. Esta envoltura rígida que los protege, puede presentar anomalías de nacimiento o malformaciones por traumas mecánicos sufridos durante la vida. Poco se conoce de la frecuencia de estas alteraciones y traumas en la tortuga terrestre argentina, Chelonoidis chilensis en la naturaleza. Entre 2017- 2021 se realizó un monitoreo de una población de C. chilensis durante la temporada de actividad de las tortugas en las cercanías de San Antonio Oeste, perteneciente a la unidad fitogeográfica Monte Austral. De un total de 188 individuos (88 machos, 73 hembras y 27 juveniles), el 48,9% presentó algún tipo de marca en su caparazón, ya sean traumas (N=43), anomalías (N=23) y/o deformidades (N=36). Entre los traumas más comunes ocasionados por un factor externo, se distinguieron las marcas de depredadores (18,08%): desde pequeñas marcas de dientes hasta lesiones profundas con pérdida de partes del caparazón y amputaciones parciales o totales de miembros. Entre las anomalías resultaron comunes la duplicación o fusión de escudos córneos o escudos de forma y tamaño anómalos (12,23%). También son frecuentes las placas córneas salidas, gastadas, rotas o hasta hundidas concernientes a la propia edad del individuo (16,4%). La cantidad de ejemplares que han sufrido grandes traumas y sobrevivido, manifiesta el poder de cicatrización y resiliencia de la especie. Las anomalías en las placas córneas, pueden deberse a alteraciones de temperatura o humedad durante el primer periodo del desarrollo embrionario. Particularmente, la población estudiada corresponde a una de las más australes, por lo tanto, los embriones experimentan grandes cambios de temperaturas y humedad durante su extenso periodo de incubación de hasta 18 meses.