INVESTIGADORES
TABOADA Arturo Cesar
congresos y reuniones científicas
Título:
El hiato entre las Formaciones Pampa de Tepuel y Mojón de Hierro
Autor/es:
TABOADA, ARTURO CÉSAR; GONZÁLEZ, C.R.
Lugar:
La Plata
Reunión:
Simposio; 3er. Simposio del Paleozoico superior de Argentina y 2ª Reunión del Proyecto IGCP 471; 2003
Institución organizadora:
Grupo Argentino de Trabajo del Paleozoico Superior
Resumen:
En la Patagonia extraandina el único lugar donde claramente puede apreciarse el contacto entre las Formaciones Pampa de Tepuel y Mojón de Hierro (siguiendo el ordenamiento de Page et al., 1984) es en el valle de Tres Lagunas. Dicho límite litoestratigráfico no sólo estaría marcando un abrupto cambio vertical de facies sedimentarias sino también una importante discontinuidad en el registro estratigráfico (Taboada, 1999, 2001). Su importancia temporal se deduce por la proximidad estratigráfica de las biozonas de Levipustula y Costatumulus en la secuencia de la sierra de Tepuel y la notable ausencia de las biozonas de Balakhonia-Geniculifera (Taboada, 1997) y Tivertonia- Streptorhynchus (Sabattini et al., 1990) que en el oeste argentino (Precordillera y Cordillera Frontal) se encuentran intercaladas entre ambas. Este razonamiento resulta válido sólo si las regiones del oeste argentino y Patagonia conformaban durante el Paleozoico superior un único corredor perigondwánico ubicado a similares paleolatitudes, sujeto en general a condiciones ambientales y paleoclimáticas semejantes. En tal sentido, el climax de enfriamiento climático que ocurrió en el Gondwana al promediar el Carbonífero (episodio glacial IIIA de Veevers y Powell, 1987; episodio II de López Gamundi, 1997) afectó de manera similar el oeste argentino y la Patagonia, donde ocurren depósitos glacimarinos asociados invariablemente con la fauna de Levipustula. Posteriormente, las regiones en consideración habrían experimentado durante la postrimería del Carbonífero y comienzo del Pérmico una rápida migración hacia paleolatitudes más bajas (Rapalini y Vilas, 1996). Dicho desplazamiento habría favorecido el mejoramiento climático (estado III y IV de López Gamundi et al., 1992; Limarino et al., 1996) que en la Precordillera y Cordillera Frontal se reconoce como un prolongado episodio interglacial (González, 1981, 1990, 1993), vinculado a las “templadas” faunas de Balakhonia-Geniculifera, Tivertonia-Streptorhynchus y Costatumulus y cuyo registro en Patagonia estaría ligado solamente con la última fauna mencionada. Tal condición climática atemperada fue transitoriamente interrumpida durante el Pérmico Temprano por un nuevo descenso de la temperatura, según lo evidencia la presencia de discretos niveles glacimarinos intercalados en la Zona de Costatumulus amosi, tanto en la Precordillera como en Patagonia. Dicha fluctuación paleoclimática estaría vinculada a otro climax glacial (Episodio IIIC de Veevers y Powell, 1987; Episodio III de López Gamundi, 1997) aunque de efecto mitigado, a causa del gradiente paleolatitudinal de ambas regiones respecto de áreas circumpolares englazadas. Si en Patagonia no existiese el hiato inferido entre las biozonas de Levipustula y Costatumulus, los niveles glacimarinos superiores de la Formación Pampa de Tepuel, se encontrarían próximos al límite Carbonífero-Pérmico o tendrían menor antiguëdad (Pérmica temprana según los esquemas de Simanauskas y Sabattini, 1997 y Pagani y Sabattini, 2002). En tal caso, la Patagonia habría actuado como un santuario (González, 1999, 2002) permaneciendo en paleolatitudes cercanas al polo (López Gamundi, 1989, 1990; González, 2002) durante el interglacial del oeste argentino. En ese contexto paleogeográfico las faunas pérmicas de Patagonia debieran ser frias y exhibir mayor afinidad con la subpolar fauna de Euydesma del este argentino. Por el contrario, la presencia de la más diversificada fauna de Costatumulus en Patagonia sería prueba de una posición paleolatitudinal más benigna para esta última región y evidencia también de una importante interrupción en el registro estratigráfico de la secuencia de Tepuel.