“Escenarios románticos en la literatura argentina. De la opulencia a la ruina”

BATTICUORE, GRACIELA

Figuraciones del siglo XIX. Libros, escenarios y miradas (comp. Rosalía Baltar)

Universidad Nacional de Mar del Plata- Finisterre

Lugar: Mar del Plata; Año: 2007; p. 101 - 127

Como es sabido, entrada la década de 1830 el discurso de una joven elite intelectual reclama tenazmente, a través de ensayos, crónicas y ficciones que circulan en la prensa y los semanarios de la época, una transformación civilizadora en las costumbres. Pero en cierto modo algunos de esos cambios habían venido gestándose desde hacía al menos una década atrás, cuando las reformas rivadavianas abrieron nuevos y diversos espacios de encuentro para los intelectuales: asociaciones de distinto tipo, librerías y gabinetes de lectura y el ámbito mismo de la Universidad de Buenos Aires, en cuyas aulas se formaron muchos de los protagonistas de la denominada generación del 37.  Me interesa, por lo tanto, revisar cuáles y cómo son los espacios que frecuenta la elite en ese período (teniendo en cuenta, a su vez, las representaciones literarias más relevantes), considerar también su confrontación con la cultura porteña de los años previos a la  revolución, tal como esta cuestión aparece tratada y puesta de relieve en algunas memorias y escritos autobiográficos. Finalmente, ya en el contexto del rosismo quiero constatar una hipótesis a lo largo del trabajo: la experiencia del exilio provoca en los románticos una modificación sustancial en el modo de concebir los escenarios que le son propios y los caracterizan como sujetos intelectual y socialmente comprometidos con la causa nacional. Surgen entonces nuevas imágenes de la lectura, la escritura y la sociabilidad letrada que ya no remiten tanto - o no remiten siempre - a los interiores urbanos marcadamente lujosos (de las tertulias, los salones, las librerías y las bibliotecas, ámbitos “naturales” de la elite porteña) sino, por el contrario, a otros escenarios bastante más rústicos e inhóspitos, desprovistos de todo ornato y que a menudo apuntan al espacio libre y abierto de la naturaleza. Se trata, en muchos casos, de escenarios de frontera que poco tienen que ver con los ambientes recoletos donde la elite cultivaba sus ideales antes del exilio. Sobre el trasfondo de estos nuevos escenarios – signados por la urgencia, el riesgo, la peligrosidad – los románticos bosquejan su perfil como escritores, al tiempo que fundan su versión – potente, persistente – sobre los comienzos de la literatura nacional.