INVESTIGADORES
POLJAK sebastian
congresos y reuniones científicas
Título:
Especies invasoras de argentina: una revisión sobre el estado poblacional del castor (C. canadensis) introducido en Tierra del Fuego.
Autor/es:
LIZARRALDE M.; G. DEFERRARI; S. POLJAK; J.ESCOBAR
Lugar:
Escobar, Buenos Aires
Reunión:
Congreso; Congreso Nacional de Conservación de la Biodiversidad; 2004
Institución organizadora:
: Fundación Temaikèn, Fundación de Historia Natural Félix de Azara y Universidad CAECE
Resumen:
ESPECIES INVASORAS DE ARGENTINA: UNA REVISIÓN SOBRE EL ESTADO POBLACIONAL DEL CASTOR (C. CANADENSIS) INTRODUCIDO EN TIERRA DEL FUEGO Marta LIZARRALDE 1  2, Guillermo DEFERRARI 2, Sebastián POLJAK 1 2  y  Julio ESCOBAR 2 1   Centro de Investigaciones en Reproducción, CIR-UBA, Fac. de Medicina, Piso 10, 1121 Capital Federal 2 Centro Austral de Investigaciones Científicas, CADIC-CONICET, CC 92, 9410 Ushuaia. Tierra del Fuego                 La fauna silvestre, particularmente pilíferos, representa un recurso natural de importancia por su valor estético, económico y cultural. En el Archipiélago de Tierra del Fuego, extremo insular austral del continente,  la diversidad de pilíferos autóctonos es escasa, razón por la cual durante el siglo pasado se decidió la introducción de especies procedentes de regiones climáticas similares para promover su aprovechamiento como recurso natural. Esa fue la razón por la que fue introducida en 1946, una población fundadora de 25 parejas del castor norteamericano Castor canadensis en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Sin embargo, la ausencia de predadores y competidores naturales, de métodos adecuados de trampeo y, la notoria abundancia de sitios de refugio, además de condiciones habitacionales y alimenticias óptimas, determinaron su notable expansión poblacional y establecimiento como una invasora geográficamente aislada. Luego de su introducción, la dispersión del castor se tornó problemática y en 1981 se decide autorizar la caza comercial para regular el crecimiento poblacional pero, a pesar de las gestiones de la administración de fauna provincial, históricamente su aprovechamiento fue escaso e ineficiente como acción de regulación.  Si bien, el método de extracción más efectivo para esta especie es el trampeo, un sinnúmero de factores tales como  ausencia de trampas específicas, escaso incentivo para el desarrollo de la actividad, falta de registros históricos sobre su estado y tendencia poblacional, entre otros, determinaron la imposibilidad de controlar y regular la conflictiva situación del castor en la Isla Grande.  A lo mencionado, se agregó la preocupación social acerca del tratamiento de la fauna silvestre y el severo cuestionamiento realizado en las últimas décadas a diferentes temas vinculados a la captura de pilíferos para su utilización comercial, lo que generó la necesidad de mejorar las condiciones del trampeo de mamíferos. El género Castor está representado en la actualidad sólo por dos especies vivientes, Castor fiber de distribución eurasiática, conocido vulgarmente como castor europeo, y la mencionada Castor canadensis o castor norteamericano,  originaria de Norteamérica. El castor es un roedor, de cuerpo voluminoso y pesado, y de hábitos semiacuáticos, habitante obligado de zonas ribereñas y considerado también una especie clave en el funcionamiento del ecosistema por los efectos de alteración que producen sus actividades de corte de árboles, construcción de diques, canales y madrigueras.  Los castores modifican la morfología e hidrología de los cursos de agua por la construcción de diques y estanques. Sus actividades retienen sedimento y materia orgánica en la cuenca, crean y mantienen humedales, modifican los ciclos de nutrientes y la dinámica de descomposición, modifican la estructura y dinámica de las zonas de riberas, influencian la composición del agua y materia transportada por la cuenca y también la composición y diversidad de la comunidad biótica. También las áreas abandonadas por castores producen praderas fértiles. Sin embargo, la influencia de los castores en ecosistemas no perturbados como el ecosistema austral dónde fue introducido, no había sido previamente estudiada. Los ecosistemas de la Tierra del Fuego son prístinos, frágiles y localizados en áreas de clima extremo que resultan marginales  para el desarrollo de muchos recursos bióticos.  Por lo tanto, la introducción de nuevas especies de la fauna, particularmente el castor,  produjo cambios en la ecología de los ecosistemas australes causando efectos sobre la composición biótica y la estructura de bosques, turbales y otros humedales.  En estos ecosistemas, el castor es considerado una invasora porque modifica profundamente las interacciones ecológicas. En la actualidad no hay duda que la fauna introducida tiene una influencia profunda sobre la estructura y composición de la comunidad y el castor es un ejemplo contundente de este concepto. En este trabajo se presentan los principales resultados obtenidos por nuestro grupo, sobre  (1) abundancia, distribución y patrones de ocupación espacial, (2) preferencia de hábitats (3) efectos de modificación al paisaje, (4) plan de manejo y control implementando el uso de trampas específicas (Conibear 330™) y recientemente datos (5) sobre la estructura y variabilidad genética para identificar polimorfismos cromosómicos y de ADN e identificar cuellos de botella y efecto fundador en esta invasora geográficamente aislada en el ecosistema fueguino (Lizarralde 1993, Lizarralde y Escobar 1999, Lizarralde y col. 1989, 1996a, 1996b,  Lizarralde and Escobar 2000, Lizarralde and Elisetch 2001, Lizarralde y Venegas 2002, Coronato y col. 2003, Lizarralde y col, 2004). Brevemente, los datos obtenidos durante los últimos años indican que el castor ocupa el 98 % de las cuencas hídricas del sistema andino y extrandino, y su distribución abarca no sólo la Isla Grande sino también otras islas del Archipiélago en un rango de aproximadamente 70,000 km2. La mayor densidad de ocupación se registra en áreas de bajo gradiente en cuencas pequeñas y minoritariamente en valles con pendiente abruptas. La abundancia poblacional es similar a la registrada en el Hemisferio Norte, así por ejemplo en  hábitats extensamente colonizados en la Isla Grande la densidad estimada fue de 0,7 sitios de colonia / km2. Basándonos en los diferentes patrones de ocupación y en la frecuencia de sitios de colonia, diseñamos un sistema de clasificación de áreas de productividad para ser utilizado en planificación y manejo del recurso así 4 clases, A B, C y D, fueron identificadas. La mayor abundancia fue encontrada en las clases C y D, 4,7 y 5,6 sitios de colonia / km de cuenca, indicando que ambas son, potencialmente,  las de mayor productividad.  Los sitios colonizados y alterados por castor presentan también concentraciones altos de nitrógeno orgánico e inorgánico sugiriendo que los cambios hidrológicos estacionales podrían afectar los procesos de nitrificación y desnitrificación resultando también en la acumulación de fósforo y carbono orgánico en la cuenca. Los estanques de castor pueden ser considerados entónces como fuentes de carbono y nutrientes escenciales (P y N). Desde el punto de vista genético, los análisis cromosómicos realizados en ejemplares de la Tierra del Fuego, no mostraron diferencias con las del cariotipo norteamericano. Sin embargo, los análisis de secuencias mitocondriales del Citocromo b, 12 SRNA y D-loop,  indican variabilidad con las secuencias de referencia (GenBank) y la existencia de diferentes linajes mitocondriales en el áreas geográfica estudiada.