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Esta obra hace referencia al proceso paralelo y dialéctico entre la fuerte expansión agropecuaria y la crisis rural que se generó en la Argentina en los últimos años, y como, a partir de esta situación paradójica se están dando las condiciones para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo territorial rural más equilibrado y sostenible. En la primera parte se analizan las transformaciones productivas y sociales generadas durante las últimas décadas y profundizadas en la década de los 90 y su impacto a nivel rural, mostrando la complejidad de los procesos sociales desencadenados. Se destaca el profundo fenómeno del éxodo rural en curso, la inseguridad, la degradación del medio ambiente, el deterioro de la infraestructura, el deterioro social y la pérdida de calidad de vida en general en las áreas rurales. A partir de este diagnóstico, y en una segunda parte, se proponen estrategias para consolidar un nuevo paradigma y modelo de desarrollo rural de base territorial que esta emergiendo a partir de múltiples iniciativas (vuelta al campo, diversificación productiva, proyectos de desarrollo local, etc.) y que es necesario apoyar a través de acciones concertadas entre actores políticos, sectores productivos y niveles de organización territorial. Las estrategias propuestas son: la consolidación de los territorios locales y micro-regionales en todo el contexto nacional, como sujetos del desarrollo y no sólo como simples plataformas de producción. la puesta en marcha de sistemas de administración, promoción y gestión para el desarrollo más dinámicos y flexibles consolidar el capital social y cultural en las áreas rurales Mejorar la capacidad productiva de los territorios rurales a través de políticas con mayor anclaje territorial. Desarrollar la infraestructura, los equipamiento y los servicios en función de los proyectos territoriales

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