INVESTIGADORES
CAMPOS SOLDINI Maria Paula
congresos y reuniones científicas
Título:
Estrategias de divulgación y educación para la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos domiciliarios; control y monitoreo de Aedes aegypti (Linneaus) en el casco urbano de la ciudad de Diamante.
Autor/es:
CAMPOS SOLDINI MARÍA PAULA; SAFENRAITER MELANIA E.; GARCIA MAILEN SOLEDAD; FERNANDEZ ESTRELLA NATALÍN; BURRONI NORA; PABLO GUERENSTEIN; AVALOS ANDREA; ANACORETO NATALIA; VITTAR FERNANDO; BARBERO IGNACIO; FABIANI NICOLÁS; OJEDA CAROLINA
Reunión:
Jornada; Jornadas de Biología; 2014
Resumen:
Los mosquitos son insectos cosmopolitas e incluyen unas 3.500 especies actualmente conocidas. Las hembras y machos se alimentan de jugos vegetales y las hembras adultas, además, ingieren sangre de un vertebrado para completar el desarrollo de los embriones. Esta actividad hematofágica es la que vincula a estos insectos con la transmisión de patógenos entre vertebrados, es decir vectores biológicos. Así, estos insectos pueden ser transmisores de diversos patógenos, incluyendo virus, bacterias, hongos, protistas y nematodos. La transmisión ocurre a través de la picadura de las hembras adultas, cuando esta introduce saliva infectada en el capilar de donde extrae sangre, introduciendo así el patógeno en el hospedero. Por esta condición de vectores, el establecimiento de ciertas especies de culícidos en una zona urbanizada puede constituir un riesgo epidemiológico. Por otro lado, el paisaje urbano y en proceso de urbanización puede considerarse un complejo mosaico de parches que está siendo modificado por el hombre y por sus construcciones. La urbanización es una de las causas principales de la disminución de la diversidad y la abundancia de los artrópodos. Aún así, algunas especies son capaces de colonizar ambientes modificados por el hombre, entre ellos los mosquitos. Algunas especies de estos insectos en los ambientes urbanos se pueden criar en diversos recipientes de origen antrópico que acumulan agua en forma natural o artificial. Este grupo encuentra una variedad de recursos, como: a) sitios que pueden acumular agua donde las hembras pueden oviponer, b) zonas sombreadas y áreas vegetadas donde obtener tanto alimento como refugio del viento y sol para los adultos, y c) alta densidad de personas y animales que constituyen una fuente de sangre para las hembras. En cuanto a los criaderos, la supervivencia y el tiempo de desarrollo de culícidos son afectados significativamente por factores ambientales presentes en los cuerpos de agua. Algunas especies de estos insectos requieren de factores microambientales específicos, mientras que otras se desarrollan en una amplia variedad de ambientes acuáticos. Así, aunque se observa una tendencia de las especies de mosquitos a utilizar los recipientes artificiales como sitio de cría y a los humanos como fuente de sangre, no todas las especies tienen igual capacidad para habitar ambientes antrópicos y no todos los ambientes antrópicos son iguales en cuanto al tipo y disponibilidad de recursos para una dada especie. Aquellas especies de mosquitos oportunistas que aprovechan los recursos urbanos, pueden adaptarse a vivir en los nichos artificiales, y dicha adaptación es conocida como domiciliación o sinantropía. A su vez, dentro de este ambiente urbano es posible encontrar un gradiente de antropización, que al aumentar, disminuye la cantidad de vegetación autóctona, y la densidad de vegetación en general y se incrementa la densidad humana y la densidad de estructuras generadas por el hombre. En este gradiente ambiental urbano puede variar la disponibilidad y la calidad de los diferentes recursos que pueden utilizar los mosquitos. Por lo mencionado, los estudios sobre mosquitos en áreas urbanas tienen gran importancia, principalmente para especies que presentan hábitos domiciliarios. Dos de las especies de mosquitos usualmente vinculadas con el ambiente antrópico, y ampliamente estudiadas por su importancia sanitaria son: Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) y Culex quinquefasciatus (Say, 1826). Esta última perteneciente al Complejo Culex pipiens (Forattini 1962). Ambas especies se encuentran entre las más frecuentes que utilizan como hábitats de cría los recipientes artificiales. La hembra de A. aegypti coloca los huevos en forma aislada en la pared de los recipientes, en tanto que C. quinquefasciatus deposita los huevos agrupados en estructuras denominadas ?balsas? sobre la superficie del agua. A pesar de tener estrategias reproductivas diferentes, en numerosas ocasiones estas especies comparten los sitios de cría en recipientes artificiales. Aedes aegypti es el principal vector del virus del dengue y la fiebre amarilla y es potencial transmisor de otros patógenos, como protozoos, filarias y otros arbovirus, alguno de los cuales afectan particularmente a vertebrados no humanos y otros pueden afectar tanto a éstos como al hombre. En los últimos años se está observando una importante emergencia y reemergencia de arbovirosis, enfermedades transmitidas por picaduras de artrópodos hematófagos, lo que se visualiza como una amenaza de globalización. Los mosquitos culícidos ocupan un lugar preferente como vectores de arbovirus debido a su hematofagia obligada, su máxima adaptabilidad a múltiples ambientes en diferentes latitudes y altitudes, y una gran variabilidad de hospedadores preferentes de los que alimentarse y en los que diseminar los virus. Dentro de estas enfermedades está el Dengue (DEN) y la Fiebre del Chikungunya (CHIK) que están empezando a emerger y reemerger como consecuencia de los cambios climáticos determinados por el calentamiento global de la tierra, la globalización de vectores, la evolución viral y la deficitaria prevención en los países en vías de desarrollo. El creciente movimiento de las poblaciones, por cambios migratorios y el aumento de los viajes nacionales e internacionales, constituyen uno de los principales factores determinantes de expansión de dichas enfermedades. El control de la diseminación de los virus transmitidos por artrópodos (arbovirus) en el continente Americano no ha sido muy exitoso. El DEN continúa causando estragos en muchas regiones de América, extendiéndose desde los Estados Unidos por el norte hasta la Argentina por el sur. El DEN es una enfermedad viral y es considerada uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. La Organización Mundial de la salud (OMS) estima que 80 millones de personas se infectan anualmente, y cerca de 550 mil enfermos necesitan de hospitalización, 20 mil mueren como consecuencia de DEN, más de 2.500 millones de personas en riesgo de contraer la enfermedad y más de 100 países tienen transmisión endémica. Se estima que para el año 2085 el cambio climático pondrá a 3.500 millones de personas en riesgo. Desde la reintroducción del virus en 1997-98, el DEN avanza sobre la geografía argentina, presentándose en forma de brotes esporádicos relacionados con la situación epidemiológica de otros países y restringido a los meses de mayor temperatura. En el 2009 se han registrado cerca de 27000 casos notificados de DEN en Argentina y se ha convertido en uno de los principales problemas sanitarios para nuestro país de los últimos tiempos. Otra enfermedad, aunque no tan mortal como el DEN es la fiebre del CHIK. El CHIK es un virus ARN que pertenece a la familia Togaviridae. Los humanos son el reservorio principal durante los períodos epidémicos mientras que en los períodos interepidémicos, diversos vertebrados han sido implicados como reservorios potenciales, incluyendo primates no humanos, roedores, aves y algunos mamíferos pequeños. El virus se transmite de manera similar a la fiebre del DEN y ha mostrado un avance importante en el resto del mundo (PAHO 2012). A pesar de que no hay transmisión autóctona dentro del continente Americano, el riesgo de que se introduzca en las poblaciones locales de mosquitos vectores es mayor de lo pensado, especialmente en áreas tropicales y subtropicales donde A. aegypti se encuentra ampliamente distribuido. Entre los años 2006 y 2010 se detectaron 106 casos confirmados por laboratorio o probables de CHIK en viajeros que regresaban a los Estados Unidos, frente a sólo 3 casos reportados entre 1995 y 2005. También ha habido nueve casos importados de CHIK en los territorios franceses de América desde 2006: tres en Martinica, tres en Guadalupe, y tres en Guyana. Hasta la fecha, ninguno de los casos relacionados con viajes ocasionó transmisión local, pero documentan un riesgo continuo de introducción y posible transmisión sostenida del virus. Tanto el DEN como el CHIK son enfermedades transmitidas por un vector (mosquito A. aegypti), y no existen vacunas, por lo que controlar al mosquito transmisor es crucial para el control de estas enfermedades. Para un eficiente control de mosquitos se requieren métodos de vigilancia continuos. Debido a que el DEN, el CHIK y otras enfermedades transmitidas por mosquitos han tomado gran relevancia sanitaria a nivel mundial debido a las grandes epidemias ocasionadas. La detección temprana y confiable de estos insectos permite la toma de decisiones acertadas y da lugar a estrategias de control eficientes. En el marco del proyecto aprobado por la SPU (Res. SPU N°: 3272/13) como primer paso se realizaron encuestas a estudiantes y docentes de todas las escuelas de nivel primario en la ciudad de Diamante (Entre Ríos). Con estas encuestas pudimos indagar sobre el conocimiento general del mosquito (A. aegypti), sí reconocen al mosquito como posible vector de la enfermedad; sobre el reconocimiento de los criaderos, y como evitar que estos vectores se desarrollen. Por otro lado dichas encuestas tuvieron la finalidad de diagnosticar los saberes y prácticas hogareñas en Diamante. El número de participantes fue elevado (mayor a 900) obteniendo los siguientes resultados: el 70% de los encuestados saben que los mosquitos colocan sus huevos en contacto con el agua, el 89% ha oído hablar de la enfermedad, el 59% reconoce al Dengue como una enfermedad, más del 50% seleccionan practicas correctas para reducir el número de criaderos de mosquitos; un 56% no sabe que existen dos tipos de enfermedad del Dengue. Si bien el 45% selecciona los síntomas correctos de la enfermedad, hay un 30% que no contesta sobre dichos síntomas: es un resultado preocupante debido al elevado porcentaje de estudiantes que no contestan o responden síntomas que son erróneos (55%). Un elevado porcentaje cree que los criaderos se desarrollan solo en los patios de los hogares (50%), un 70% menciona solo a las ranas y sapos como posibles predadores de los mosquitos, un 64% no cree que los mosquitos transmitan enfermedades. La concientización realizada a través de distintos indicadores relacionados con el registro de saberes de las personas (conocimiento de los mosquitos en general, sobre donde se encuentran los criaderos de mosquitos, de cómo se cuidan de los mosquitos, y el conocimiento sobre la potencialidad de los mosquitos como vectores de patógenos) es una herramienta importantísima para promover el fortalecimiento con respecto a la prevención de patógenos transmitidos por vectores y a su vez nos permite generar cambios en la conducta diaria creando conciencia en el cuidado del ambiente domiciliario, peridomiciliario para evitar criaderos de mosquitos.