INVESTIGADORES
GONZALEZ GUILLOT mauricio Alberto
congresos y reuniones científicas
Título:
Los Esquistos de Lapataia (Tierra del Fuego) en el contexto geológico regional
Autor/es:
ACEVEDO, R.D.; RECHE, J.; GONZÁLEZ GUILLOT, M.
Lugar:
San Salvador de Jujuy
Reunión:
Congreso; 17 Congreso Geológico Argentino; 2008
Resumen:
En el Complejo Deformado de los Andes Fueguinos (Quartino et al. 1989) los Esquistos de Lapataia asumen el papel de Basamento Cero, que lleva a la manida cuestión de si verdaderamente lo es ó no, al cual se sobrepondría el Basamento Uno, nombre que puede darse, en un sentido restringido, a la Serie Porfirítiea por su significado en la sucesión estratigráfica, donde antecede al Titoniano-Neocomiano, ya que se halla involucrada en la deformación y plegamiento regionales como ocurre con las capas sobrepuestas de la Formación Yahgán. Pero ello no quita que la Serie Porfirítiea asuma el carácter de "basamento" o base sobre la que se asienta el horizonte marino del Cretácico inferior, que a veces incluye al Titoniano, es decir el comienzo del ciclo Ándico. Otra condición acerca de la Serie Porfirítica debe ser añadida, y es la problemática de base y techo. El legendario monte Buckland, en Chile, de donde proviene la denominación de la formación homónima (Kranck 1932), muestra según arguye este autor contactos con las rocas infrayacentes y con la formación suprayacente o Yahgán, El contacto inferior es sobre "esquistos basales metamórficos", siendo probable una superposición anormal o discordante, El contacto superior lo es con las capas atribuíbles a la Formación Yahgán. La complejidad estructural atenta contra el alcance de una interpretación segura. El mismo Kranck (1932), lo cual vale por ser el fundador de la formación, señala en el monte Buckland intercalaciones de pórfiros cuarcíferos con esquistos ftaníticos. El perfil de Kranck en la misma localidad se presenta asi como una simplificación dentro de la estructura compleja. La suposición de un pliegue volcado, con repetición de las metamorfitas y en su centro la Serie Porfirítiea, no sería entonces desechable. Las apreciaciones de Caminos y Nullo (1979) sugieren una transición entre la Serie Porfirítica o Formación Lemaire y la Formación Yahgán, lo cual da pauta de la complejidad e indefinición del tema. Lo dicho y la complicación resultante del plegamiento y la posibilidad de contactos anormales limitan la caracterización formacional como piso u horizonte. Sin duda los llamados pórfiros o Serie Porfirítiea tienen un sentido regional andino y extraandino en la Patagonia, con el agregado basáltico en los Andes Fueguinos vinculable con la profundidad alcanzada por la deformación plegante y fracturas asociadas en la faja orogénica. Fuera de este aspecto interesan las leptometamorfitas aflorantes sobre el litoral marino del Parque Nacional Tierra del Fuego e inmediaciones, sujetas a ser consideradas posible basamento de la columna marina mesozoica. Estos esquistos cloríticos de Lapataia fueron considerados por Kranck (1932) presuntamente más antiguos que los pórfiros cuarcíticos regionales (paleozoicos y plegados en el suprajurásico). Feruglio (1942) no encuentra, en cambio, argumentos concluyentes como para aceptar que los esquistos del basamento sean sedimentos paleozoicos transformados por metamorfismo regional y de contacto, o bien representen tan solo una facies metamórfica de los esquistos arcillosos más modernos. Este conjunto de rocas ha recibido varios nombres. Kranck en 1932 lo incluyó en la generalización del concepto High metamorphie sehists que afloran en Chile, en la cordillera Darwin, como metamorfitas de grados medio a alto. Petersen (1949) lo denominó sencillamente "esquistos de Lapataia", Borello (1969) lo llamó Metamorfita Lapataia y Olivero et al. (1999) acuñaron el nombre de Formación Lapataia, para simplificarlo luego como "basamento" (Olivero y Martinioni 2001). Como se ve en un solo caso se menciona el concepto de "formación" pero con la aclaración ulterior de la posibilidad de edad paleozoica o mesozoica, lo que apoya el criterio de una cuestión abierta. El hecho objetivo es que estas rocas plegadas y metamorfizadas en la facies de esquistos verdes se encuentran aisladas de la Serie Porfirítiea o en contacto anormal. Esto salvo la indicación de Kranck referida al monte Buckland en página 61, donde la Serie Porfiritiea yace sobre los "esquistos basales" quizás correlacionables como las rocas de Lapataia. Pero aun este caso excepcional de posible contacto entre la Serie Porfiritiea y el probable basamento metamórfico resulta dudoso si se tiene en cuenta, como se dijo antes, un pliegue volcado de manera tal que los esquistos basales inferiores sean considerados Formación Yahgán por repetición. En cuanto a la valoración del grado metamórfico de la roca de Lapataia, el mismo es intermedio entre el de la cordillera Darwin y el de la sucesión mesozoica particularmente Yahgán. En este criterio ha sido aducido un descenso del metamorfismo de Darwin a Lapataia. El tema, de indole petrológica, merecería un estudio específico como el que se está llevando a cabo. Además se ha de tener en cuenta el factor metamorfismo de contacto atento a lo comprobado en los esquistos metamórficos cercanos a Estancia Túnel, donde se han formado granate y biotita (Acevedo et al. 1989). En cuanto a la distinción de los Esquistos de Lapataia con respecto al conjunto plegado y metamorfizado mesozoico, tres son los rasgos que han sido invocados en la literatura. El primero es el grado metamórfico, bajo sí en las facies de esquistos verdes, pero mayor que el de los esquistos Yahgán y de la Serie Porfirítica (Acevedo 1995). Pero debe tenerse en cuenta que en un complejo intensamente plegado y leptometamorfizado es previsible la variación gradual metamórfica por la irregular disponibilidad de oxidrilos y una posible inhomogeneidad térmica. Particularmente se desconocen las condiciones en la zona de raíces del complejo agudamente deformado en la cual podría admitirse un metamorfismo mayor. De todos modos la diferencia de grado metamórfico entre el complejo mesozoico y la roca de Lapataia es muy leve y la presencia de anfibolitas en la segunda (Caminos 1980) mantiene el grado bajo porque se trata de tremolita formada metamórficamente sobre componente básico. El segundo rasgo es el plegamiento más complejo en el detalle, consistente en el replegamiento de las superficies de esquistosidad. Esta crenulación es quizás la característica más distintiva de los esquistos de Lapataia al sugerir un segundo proceso de deformación. Pero cabe advertir los varios detalles de origen dinámico metamórfico en los esquistos mesozoicos (Acevedo 1987, Quartino et al. 1988) de manera tal que nuevamente la ubicación en el anticlinorio metamórfico plantea un interrogante. El tercer rasgo es la venosidad cuarzosa, tan bien observable en la costa del canal Beagle, en conexión con el rasgo anterior, es decir venas cuarzosas en los micropliegues. Tampoco esto es una cualidad crítica y diferencial. Es más bien una cuestión de distribución de una fase líquida, tal como ocurre con la vecindad entre micacitas apenas venosas y gneises. Esta observación no es antojadiza porque gneises de grado metamórfico dos o tres, con venas cuarzo-feldespáticas, no localizados aquí, son homólogos de losesquistos venosos fluida les con venas cuarzosas en el grado metamórfico uno, como los de Lapataia. Por otra parte, las venas cuarzosas son comunes en los esquistos mesozoicos fueguinos, de manera tal que lo más característico sigue siendo el segundo rasgo, o sea el replegamiento, aunque no concluyente. Resultados preliminares de análisis de Sm-Nd de muestras de la Formación Yahgán y de los Esquistos de Lapataia tampoco evidencian diferencias isotópicas entre ambas entidades (Escayola et al. 2007) por lo que ante la ausencia de pruebas diagnósticas de un basamento cero (siendo menester aclarar que ello no debe tomarse como prueba de ausencia) será necesario realizar un estudiio mineralógico metamórfico e isotópico (de U-Pb) en búsqueda de nuevos datos para que se pueda zanjar definitivamente la cuestión.