INVESTIGADORES
ARCHANGELSKY Miguel
congresos y reuniones científicas
Título:
El eslabón casi perdido: larvas de Coleoptera acuáticos, Sistemática y Ecología.
Autor/es:
ARCHANGELSKY, M.
Lugar:
Tucumán, Argentina
Reunión:
Congreso; VI Congreso argentino de Entomología; 2005
Institución organizadora:
Sociedad Entomológica Argentina
Resumen:
Los coleópteros son el grupo
de organismos más diverso del planeta. Se conocen cerca de 400.000 especies,
agrupadas en aproximadamente 170 familias, de las cuales tan solo 32 tienen
representantes acuáticos (aunque solo 26 pueden considerarse básicamente
acuáticas o riparias). El conocimiento de los estadios larvales de Coleoptera
es fragmentario, y pobre en comparación con lo que se conoce de adultos. Tres
de las principales y más numerosas familias sirven de ejemplo. Hydrophiloidea
tiene 59 géneros neotropicales, de los cuales se conocen las larvas de tan solo
35 (59%); Dytiscidae tiene 53 géneros neotropicales, de los cuales solo se
conocen las larvas de 25 (47%); finalmente, Elmidae tiene 43 géneros en
Sudamérica, de los cuales se conocen las larvas de 19 (44%). El conocimiento a escala
específica es mucho más pobre, generalmente no llega más allá del 5-6%. Este
vacío en el conocimiento de los estadios larvales lleva a problemas importantes
en estudios de diferente índole, como ser filogenias y clasificaciones, pero se
hace más evidente en estudios ecológicos y de conservación. Uno de los escollos
que enfrentan los ecólogos es justamente afinar el nivel de identificaciones
que utilizan en sus trabajos; más y mejor información llevan a resultados más
precisos y sólidos. Generalmente con los adultos el problema de las
identificaciones es más fácil de resolver, pero con las larvas la situación es
difícil de manejar por dos razones principales: lo fragmentario del
conocimiento, y la falta de especialistas a nivel mundial. Este es un desafío
que debe encararse, pero que es muy difícil de resolver ya que la sistemática
de adultos avanza más rápidamente que la de larvas. La experiencia de estos
últimos años me lleva a resaltar la importancia de trabajar en grupos
multidisciplinarios, en los cuales interactúen tanto ecólogos como
sistemáticos; estas interacciones son mutuamente beneficiosas y fructíferas.