PERSONAL DE APOYO
ZEBALLO Fernando Javier
capítulos de libros
Título:
Faunas de conodontes y graptolitos del Paleozoico Inferior
Autor/es:
ALBANESI, G.L.; ORTEGA, G.; ZEBALLO, F.J.
Libro:
Geología y Recursos Naturales de la provincia de Jujuy. Relatorio del XVII Congreso Geológico Argentino
Editorial:
Relatorio del 17º Congreso Geológico Argentino
Referencias:
Año: 2008; p. 98 - 118
Resumen:
Esta contribución tiene como propósito revisar el estado actual de conocimiento sobre las faunas de conodontes y graptolitos del Paleozoico inferior en la Cordillera Oriental del noroeste argentino, incluyendo la bioestratigrafía y paleoambientes caracterizados por estos grupos fósiles. El primer dato sobre la existencia de graptolitos en cuencas argentinas corresponde a la cita de Brackebush (1883), que se refiere a un espécimen de didymográptido hallado en el Ordovícico del Portezuelo de Salta, y descripto años más tarde por Kayser (1897). La historia del conocimiento de conodontes en la Argentina comienza en 1951, cuando en un artículo publicado en Journal of Paleontology, Youngquist e Iglesias mencionan el hallazgo de especies de conodontes procedentes de estratos del Ordovícico Inferior en la provincia de Jujuy. Los primeros autores argentinos en publicar un registro de conodontes fueron Hünicken y Gallino (1970), quienes documentaron estos microfósiles en rocas del Ordovícico Medio de la Precordillera de San Juan. Desde entonces, pero particularmente durante las últimos años, el conocimiento de las faunas de conodontes y graptolitos se acrecentó notablemente, lo cual permitió proponer los primeros esquemas bioestratigráficos formales para el Paleozoico inferior de las cuencas argentinas (Moya et al., 1994; Albanesi et al., 1995, 1998; Albanesi y Ortega, 2002; Brussa et al., 2003; Toro y Brussa, 2003). Algunos intervalos estratigráficos, como el Piso Tremadociano, recibieron una atención particular para las sucesiones de la Cordillera Oriental, en razón de la importante extensión de sus afloramientos y de un conocimiento más detallado del registro fósil, lo cual permitió establer biozonaciones más precisas, así como interpretaciones paleoambientales originales (Ortega y Albanesi, 2005; Albanesi et al., 2007a,b).