Militancia política y prácticas artísticas. Una aproximación desde tres casos platenses

CAPASSO VERONICA CECILIA

Buenos Aires

Jornada; IV Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea; 2013

IUNA

Mi proyecto de investigación parte del estudio de tres casos, dos colectivos de arte, Sienvolando y LULI, y el artista Luxor de la ciudad de La Plata, quienes realizaron/an intervenciones artísticas (mayoritariamente murales) en el espacio público y que, a través de sus producciones, visibilizaban diversas cuestiones en torno a los DDHH, el femicidio, la desidia estatal, violencia institucional, desapariciones en democracia, etc. Tomo como periodo a analizar la década que transcurre entre 2002 y 2012. La aparición de estos sujetos coincidió con la crisis política e institucional del 2001. Se puede pensar que en un contexto de crisis político ? social y de deslegitimación de la política aparecían y se desplegaban otras formas de militancia y canalización política, contexto que además parecía favorecer la aparición de formaciones grupales y colectivas de organización y trabajo. Se pueden plantear algunas preguntas que permitirían pensar los vínculos entre estas formaciones colectivas, el arte y la política, atravesados por el contexto histórico, el tiempo y el espacio. ¿Cómo fueron interpelados desde el campo de la política para adoptar una militancia política en términos artísticos? ¿Qué relaciones se podrían establecer entre la aparición, mutación y desaparición de los mismos y sus prácticas en el recorte temporal propuesto (2001-2012)? ¿Qué hizo posible la constitución de un espacio común, participativo y colaborativo? ¿Se pueden identificar diferentes ?ciclos? de militancia artística? ¿Los cambios se deben sólo a cuestiones coyunturales de lectura politica? ¿Cómo operan los vínculos afectivos? La disgregación del colectivo de arte Sienvolando dio lugar a nuevos ordenamientos, nuevos lazos y redes, nuevos colectivos y artistas actuantes en el espacio público platense (LULI, PEC, Lumpen Bola, Luxor, Dani Lorenzo, Chempes, etc.). Es decir, es posible reconstruir redes de relaciones que se fueron armando y desarmando a lo largo de la década estudiada. En principio se podrían identificar por lo menos tres momentos y que permitirían ver una realidad en movimiento: -la crisis de hegemonía, política e institucional del 2001 y los primeros años de estabilidad económico-política, que coincide con la eclosión de estos sujetos que desde una modalidad colectiva actúan en el espacio urbano (espacio de despliegue) y el uso de recursos artísticos con la voluntad de tomar posición y de incidir de alguna forma en el territorio de lo político, - momentos de solidaridades entre estos colectivos de arte y otros sujetos sociales como movimientos sociales de desocupados (como el FPDS en el 2008) y de DDHH (Agrupación H.I.J.O.S. La Plata), lo cual pudo haber incidido en sus producciones artísticas y sus modos de ser colectivos y -el repliegue (o no) de los colectivos de arte en el espacio público urbano y de sus acciones. Se podrían plantear las siguientes preguntas: ¿Conforman nuevas agrupaciones o no? ¿Cuáles son sus características? ¿Se puede hablar de un nuevo ciclo de producción? Es decir, me interesa estudiar a estos sujetos, que en cierta coyuntura, adoptan una militancia política a través de prácticas artísticas y cómo eso puede ir cambiando y mutando en el tiempo. Retomamos acá la noción de culturalización de la política, concepto que utiliza Valenzuela Fuentes (2007), retomando una idea de Rossana Reguillo. Esto sería mirar, resistir y hacer política desde la cultura. Se genera entonces un desplazamiento desde la política hacia lo político con prácticas desarrolladas en la esfera de la vida cotidiana, donde la cultura aparece como territorio de disputa (Saintout, 2013: 77-78). El presente trabajo propone entonces indagar en algunas de estas cuestiones, planteando una primera aproximación al tema.