INVESTIGADORES
MARSH Erik Johnson
congresos y reuniones científicas
Título:
Cambios neolíticos fragmentarios en el norte mendocino. Tendencias cronológicas en los fechados y el paleoclima
Autor/es:
MARSH, ERIK J.
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Jornada; VIII Jornadas Arqueológicas Cuyanas; 2021
Institución organizadora:
FFyL, UNCuyo
Resumen:
Los primeros registros cuyanos de plantas domésticas, cerámica, cementerios, camélidos domésticos y el arco y la flecha tienen aproximadamente dos mil años. En contraste con las expectativas tradicionales, estos elementos neolíticos y los patrones generalizados de intensificación no ocurrieron juntos ni son continuos en el espacio ni el tiempo. Con el objetivo de refinar la historia ecocultural de un neolítico fragmentario en el norte de Mendoza (Argentina), y su posible sincronía con cambios climáticos, ordenamos seis fases basadas en 92 fechados y cuatro indicadores paleoclimáticos regionales para 3790-1010 cal. AP. Dado las fuertes diferencias ambientales, dividimos el registro en zonas altas y bajas, separado por la cota de 1200 masl, que corresponde a un cambio ecológico en cuanto los recursos bióticos.Esta historia ecocultural empieza con los últimos milenios sin elementos neolíticos, la fase 1, y todas las ocupaciones fechadas son de las zonas altas. Luego en la fase 2, la presencia inicial de plantas domésticas coincidente con un avance neoglacial, pero notablemente, no acompañan otros elementos neolíticos. Altas temperaturas veraniegas sostenidas dan un final al avance neoglacial, el punto de inflexión que marca el comienzo de la fase 3. En la fase 3, la población se desplaza hacia las zonas bajas y reduce la movilidad. Es probable que la subsistencia se base en los recursos vegetales de los algarrobales, cocinados en hornillos, y aquí encontramos la primera cerámica y recintos habitacionales. En la fase 4, las temperaturas se moderan con mayores precipitaciones regionales. Los grupos humanos vuelen a su patrón base de ocupar preferentemente las zonas altas, ahora con la presencia escasa de cerámica y plantas domésticas, pero con una economía algo similar a la de la fase 2. En la fase 5, los registros para la cerámica y las plantas domésticas son más claras y por primera vez, hay ocupaciones en ambas zonas altas y bajas. Al final de la fase 5, el cinturón de vientos del oeste llega a su posición más norteña, lo que implica un aumento de recursos hídricos en la región, principalmente por deshielo. Este punto de inflexión climático inicia la fase 6, cuando se vuelve a duplicar la cantidad de fechados con respecto a la fase anterior. En la fase 6, las tendencias anteriores se culminan en la expresión andina del neolítico, el agropastoreo, cuando se reúnen evidencias para plantas y animales domésticos, el arco y flecha y una clara reducción de movilidad. Al final de la fase, el patrón neolítico se disuelve, coincidente con una sequía macrorregional, dejando claro que los cambios neolíticos no son permanentes y tienen un desarrollo lineal.