¿Cómo es la vida intelectual hoy? Pensar nuestra condición precaria e imaginar salidas posibles

NEMESIA HIJÓS

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Otro; Panel Pre-Jornadas de Jóvenes Investigadorxs 2022 "Pensar la investigación social en el fin del mundo: ciencia, ética y política"; 2022

Instituto de Investigadores Gino Germani, Facultad de Ciencias

Si pensamos en la investigación social en el fin del mundo, en cómo se hace ciencia hoy en Argentina, no podemos separarlo de términos como precariedad, escasez y competencia. De hecho, a medida que nos adentramos en el sistema científico, nos vamos familiarizando con el término precariedad que describe las formas que vivimos nuestra condición de becaries, investigadores en formación, y nuestras relaciones laborales que están atravesadas por la inestabilidad, la inseguridad y la temporalidad. Entonces, ¿por qué seguir, por qué seguimos? El éxito del capitalismo de nuestra época es extender la convicción de que no hay alternativa, que no podemos escapar de estas lógicas con servidumbre voluntaria, porque son las mismas personas las que manifestamos pasión y entusiasmo en formas de control social y disciplinamiento. Nos disponemos con generosidad, entrega, entusiasmo, sin saber muy bien para qué y por qué. Disposiciones como la renuncia activa, el sacrificio (tiempo, salud, amistades, lealtades, principios) son parte del sistema y requisitos para continuar en él. El cansancio "a solas" o la autoexplotación como una forma de reinvención: se piensa que somos libres aunque no se corresponda con serlo. Una violencia autoinfligida, una creencia de que es nuestra elección. Una falsa libertad pero con goce: el trabajo, pensado así es un lugar de explotación pero al mismo tiempo, de distinción, solo para pocxs, exclusivo. Un escenario (de barbarie) donde somos alentadxs a la lucha, a la competición, a la formación continua. ¿Cómo oponernos a esta condición? Y si hay una salida, ¿cuál es? ¿Hay formas de vida intelectual que resistan a la precariedad? Ahora bien, la propuesta es construir una crítica y una reflexión en torno a nuestra condición precaria, una invitación a la acción colectiva: conformar agendas basadas en intereses compartidos y considerados genuinamente relevantes, libres de protocolos y basados en la cooperación.