Una aproximación filosófica a la teoría del juego de Johan Huizinga. Una discusión con Wittgenstein

MARIANO ERNESTO MOSQUERA

Capital Federal

Jornada; II Jornadas de Estudiantes de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires; 2012

Departamento de Filosofía (FFyL-UBA)

Desde una teoría de la cultura con raíces hermenéuticas alemanas, Johan Huizinga elaboró en Homo ludens una teoría del juego que deliberadamente busca escapar las limitaciones de la ciencia cuantitativa en los estudios sociales. El punto de partida del pensador holandés será el de considerar al juego como función creadora de la cultura. Esto no significará que la importancia de la actividad lúdica equivalga a un cierto peso específico en el marco del resto de las actividades sociales. La hipótesis de Huizinga resulta más radical. El juego es esencial a la cultura, la cultura surge del juego. A partir de aquí, este trabajo se propone, en un primer momento, analizar las determinaciones principales de esta noción (libertad, autonomía, limitación, capacidad iterable, orden interno absoluto, principio de incertidumbre y azar) y su funcionamiento en el análisis de los fenómenos de la guerra, el derecho, el saber y la poesía. En un Segundo momento, se interrogarán los supuestos básicos de la propuesta de Huizinga en diálogo con aquella otra gran noción de juego de la primera mitad del siglo XX, la wittgensteiniana. Si bien genera algunas zonas de encuentro (el desligamiento del juego de un criterio de utilidad, por ejemplo), este cruce permitirá leer una profunda divergencia en sus fundamentos. Así, la esencialidad y totalidad del juego en Huizinga contrastará con la inesencial apertura del juego (de lenguaje) en Wittgenstein.