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La enseñanza de la argumentación tiene una larga historia en los colegios preuniversitarios de la Universidad Nacional de La Plata. Hace ya décadas se incluyó una asignatura bajo el nombre de Lógica que pretendía ofrecer a las y los estudiantes herramientas para mejorar su capacidad de razonar y/o argumentar. Además, las y los estudiantes tienen diferentes asignaturas en las que el despliegue de habilidades de argumentación son centrales, a saber, Ética y Ciudadanía y Filosofía, así como otras asignaturas optativas dictadas por profesores/as de filosofía. En la asignatura Lógica, los contenidos abordados son el resultado de una rica tradición de investigación sobre cuestiones de enseñanza de la lógica y la argumentación que, surgida hace ya más de 30 años, se propuso renovar la enseñanza de la lógica en los colegios de la UNLP. Retomando de modo innovador en nuestro medio los aportes de la lógica informal y la teoría de la argumentación se propusieron e implementaron diferentes reformas dirigidas a superar el desajuste entre unos objetivos que proponían contribuir al desarrollo de capacidades de análisis y evaluación crítica de argumentos y unos contenidos que, al centrarse de manera casi excluyente en el análisis formal de la inferencia deductiva, no parecían constituir el mejor medio para obtener el fin declarado. A pesar de la implementación de tales reformas, aún persisten algunas dificultades. En primer lugar, varios docentes señalan la dificultad de trabajar con ejemplos reales de argumentación, tomados por ejemplo de medios de comunicación. En su lugar, el trabajo se realiza mayormente con ejemplos pre-fabricados, inventados a efectos de que permitan el trabajo con los conceptos y enfoques enseñados. En segundo lugar, se observa una dificultad de recuperar los contenidos trabajados en la asignatura Lógica y la actividad de análisis de argumentos en las asignaturas de los años posteriores. En particular, se observó que las herramientas más tradicionales de reconstrucción, análisis y evaluación de argumentos (enfoque standard o modelo de Toulmin, modelo ARS, etc.) se muestran limitadas para dar cuenta de fragmentos argumentativos reales. En este trabajo nos proponemos evaluar la hipótesis de que la razón de estas dificultades radica en el trabajo con enfoques que, siguiendo a Marraud, podemos comprender como inferencistas. Además, inspirados por la propuesta razonista del propio Marraud, presentaremos algunas propuestas para superar las dificultades aludidas.

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