?¿Qué decir de una vaca?? Campo, mataderos y vidas precarias

DE MAURO MARTIN ADRÍAN

Rosario

Congreso; IV Congreso Internacional Cuestiones Criticas; 2015

Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario

En Cuaderno de Campo de Carlos Rios (2014) la frontera entre lo humano y lo animal parece desdibujarse. En un registro que tematiza las distintas modalidades de acercamiento entre las muertes humanas y animales, el espacio del frigorífico (La suerte) delimita una zona de matanza en donde la vida animal es eliminada pero no muerta. Aun mas, el matadero en cuanto ?maquina antropológica? (Agamben, 2006) o ?serie? (Giorgi, 2014) indica una cadena de similitudes entre frigorífico-hospital-escuela, instituciones cimiento del proyecto civilizador moderno, sobre las que se asienta una matanza primigenia: transcripción imposible al Quechua (lengua runasimi), lengua y latencia indígena. Topografía de la muerte o geografía de la matanza que remite a las conceptualizaciones bio-tanatopolítica contemporaneas entre las vidas que valen, es decir, las vidas que cuentan, y que son protegidas social y políticamente, y las vidas que importan menos, o que directamente pueden ser abandonadas y eliminadas. Distinción que se fundamenta sobre la noción de vidas precarias y vidas precarizadas-desposeidas en términos de Judith Butler (2006, 2010 y 2013) e Isabel Lorey (2015) y por lo mismo a la teorización derridiana (2005) de marco -párergon-. A partir de esta premisa, denominada marco biopolitico por Cary Wolfe (2013), el texto de Carlos Ríos se abre como instancia para tensionar dicho planteo y por lo tanto articular otras modalidades en que se anuda vida, cuerpos y política.