Tanta vida mutua. Sobre mujeres, perros y precariedad

DE MAURO MARTIN ADRÍAN

Montevideo

Congreso; Lasa conosur (Latin American Studies Association, SoutherCone secction); 2017

Latin American Studies Association & Universidad de la república

A partir de dos materiales estéticos divergentes, Un soplo de vida. Pulsaciones de Clarice Lispector (publicado póstumamente en 1978) y La mujeres de los perros de Laura Citarella y Verónica Llinás (2015) nos proponemos explorar una nueva configuración alrededor del cuerpo femenino y su capacidad de agenciamiento desde, precisamente, la emergencia de un bios precario (J. Butler 2004 y 2009, G. Standing 2011, I. Lorey, 2015). En estos materiales vamos a considerar un cierto desplazamiento en las retoricas de la pobreza -marcas ligadas a la racializacion, la otredad y el despojo en lo perruno (Rodriguez, 2015 y Subercaseaux, 2014)- y lo precario -como nuevo reparto de los cuerpos y las desigualdades estructurales-. A partir de ello, lo que estos materiales iluminan es la emergencia de una vida precaria que se reconoce atravesada por una red de interdependencia, vulnerabilidad y exposición con otros cuerpos y cosas que finalmente ya no pasan por un lazo entre humanos exclusivamente, antes bien, se trata de una semiósfera (Von Euxkül, 2016)-una comunidad, zona de adyacencia y reciprocidad ontológica- entre humanos y perros tal como ocurre, tempranamente en la obra de Lispector y más recientemente en el film de Citarella y Llinás. Así, el entorno físico, afectivo y existencial que es compartido con el resto de los vivientes -en particular la comunidad humana-perruna-, nos impele a reconocer una noción de precariedad no-humana o de otro modo lo que G. Giorgi (2016) formula en términos de precariedad animal.