¿Cómo leemos las prácticas juveniles?

MARÍA VICTORIA SECA

Mendoza

Jornada; XXII Jornadas de Investigación y V Jornadas de Posgrado,; 2013

Universidad Nacional de Cuyo

A quiénes nombramos cuando decimos juventud, cómo podemos abordar la categoría juventud en nuestras investigaciones. Durante el siglo XX, la caracterización de la juventud se encontraba entre dos orillas, por un lado, la vida y la esperanza y, por otro lado, la amenaza social. El control y la necesidad de rescate de los y las jóvenes era la perspectiva dominante. Sin embargo, esta condición cambia en la posguerra con el proceso de creación de los derechos humanos y de instituciones de protección de la paz. A partir de allí encontramos a la juventud como sujeto social. Hacia finales de los noventa, encontramos discursos hegemónicos que oscilan entre la caracterización de la juventud exitosa y dorada –que se transforma en un relato de lo juvenil y se extiende a otros grupos etarios- y, otro, donde la juventud aparece como una identidad amenazante. Desde la sociología de la cultura podemos pensar la juventud como una construcción sociohistórica particular sobre un rasgo etario. Sin embargo, partimos de la necesidad de deconstruir la juventud como una categoría homogénea y universal y para esto creemos necesario analizar la diversidad de prácticas universos simbólicos y comportamientos que ella puede incluir. Además, de comenzar a articular esta categoría con variables como género, clase, étnica, región, cultura, contexto sociohistórico, entre otras (Bourdieu, 1990; Duarte, 2000; Elizalde, 2006; Vommaro y Vazquez, 2008; Reguillo, 2012). Por esto, el objetivo de esta ponencia es hacer una revisión bibliográfica sobre la manera en que se ha abordado el análisis de las prácticas juveniles desde las ciencias sociales y, a partir de allí, trazar algunas líneas por donde abordar las mismas, teniendo en cuenta las prácticas participativas de los y las jóvenes mendocinos/as.