BECAS
CREGO Maria Laura
congresos y reuniones científicas
Título:
Jóvenes y escuela: cómo mujeres y varones de un barrio pobre de la ciudad de La Plata construyen diferencialmente su experiencia escolar
Autor/es:
CREGO, MARÍA LAURA
Lugar:
Viedma
Reunión:
Congreso; III Reunión Nacional de Investigadoras/es en Juventudes Argentina. De las construcciones discursivas sobre lo juvenil hacia los discursos de las y los jóvenes; 2012
Institución organizadora:
Red de Investigadores/as en Juventudes Argentina
Resumen:
Esta presentación se desprendió de los primeros hallazgos en el transcurso de la tesina a fin de alcanzar el título de grado de la licenciatura en sociología. El objetivo de ese trabajofue comprender cómo los jóvenes que habitan bajo condiciones de pobreza construyen su experiencia escolar, viendo particularmente cómo las categorías de edad y género intervienen en la constitución de la misma. Dado que el trabajo se aloja en la sociología de la experiencia, se optó por el uso de estrategias cualitativas. Partimos de los actores y su subjetividad, y es por esta razón que trabajamos con un enfoque socio-antropológico que recupera la perspectiva de los actores (Guber; 2004). Se trabajó sobre la base de un muestreo intencional heterogéneo, que incluyó varones y mujeres de distintos grupos de edad, escolarizados y desertores del barrio Puente de Fierro de la ciudad de La Plata. Se realizaron entrevistas en profundidad (semi-estructuradas y abiertas) a los y las jóvenes intentando indagar el punto de vista de los mismos sobre el valor de la escuela y la experiencia escolar en general y en su vida en particular. En esta ponencia nos proponemos de todo ese trabajo presentar la importancia que significa incorporar la perspectiva de género a la hora de pensar la escuela relacional y simbólicamente, para problematizar en mayor profundidad cómo las relaciones escolares y el tránsito por la experiencia escolar repercuten diferencialmente según el género y la clase. Entendiendo a la escuela desde una perspectiva simbólica (Duschatzky 1999) consideramos que la escuela no es tanto el edificio que la contiene sino lo que sus actores significan de ella. Se buscó entonces, la voz de los y las jóvenes en edad escolar con la hipótesis de que la construcción de la experiencia sería diferencial según el género en tanto la tensión central entre la unidad normativa del ser alumno y una cultura adolescente opuesta o paralela a la cultura escolar (Dubet y Martuccelli; 1997) es diferente entre varones y mujeres. Siguiendo a Zattara y Skoumal (2008) hacemos esta consideración en tanto y en cuanto las significaciones y las relaciones van asociadas a los roles y expectativas que hay sobre varones y mujeres justamente por ser varones y mujeres, mandatos que la escuela misma contribuye a reproducir. A esto agregamos la particularidad que otorga la condición de clase ya que en condiciones de pobreza las posibilidades de género son diferentes a las de otras clases y, especialmente los roles y expectativas hacia varones y mujeres conllevan un tipo de relación con la educación por parte de unos y otras también diferente al que es posible encontrar en otras clases donde la escuela continúa en mayor medida asociada a un sentido de estadio intermedio hacia la formación superior o inserción laboral. En cuanto al lugar que la escuela continúa teniendo en la construcción de la identidad juvenil (Dussel; 2007) encontramos una serie de trabajos (Duschatzky, 1999; Zattara y Skoumal, 2008) que encuentran que los y las jóvenes el tiempo en la institución como un espacio de construcción de la propia identidad juvenil en términos diferentes a los que se da en la calle: los varones esquivando la imagen de ser peligrosos, las mujeres saliendo de la doble negación de ser pobre y mujer repercutiendo así en la construcción de la subjetividad de los y las jóvenes así como en su identidad de ser jóvenes en el barrio. Esto implica también apartarse momentáneamente de las actividades y rwsponsabilidades asociadas al mundo adulto y que suelen tomar a muy temprana edad. Sin embargo, encontramos que varones y mujeres tejen relaciones diferencialmente que hacen a su relación con la escuela. Así los discursos docentes no sólo contribuyen a reproducir mandatos sociales sino que además condicionan con ello la experiencia escolar aunque los propios jóvenes no lo detecten de ese modo. Por otra parte, en concordancia con Ruiz (2004) encontramos que el aspecto relacional de la experiencia educativa es central a la hora de la construcción de la misma y de la identidad/subjetividad. En el cruce de estas consideraciones es donde proponemos, a la luz de los resultados preliminares alcanzados, leer las relaciones también desde una perspectiva de género ya que encontramos que los roles asignados a varones y mujeres en el barrio repercuten en la escolaridad, así como también las relaciones que se tejen en la escuela, variando según género, repercuten en la juventud dentro y fuera de la escuela