Lýssa, la bacante de Hades

CECILIA J. PERCZYK

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Jornada; IV Jornadas de Reflexión Monstruos y Monstruosidades; 2010

Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires

En el presente trabajo intentaremos rescatar la forma en que se manifiesta textual y dramáticamente, desde el discurso y desde la puesta en escena, la figura mitológica de Lýssa en Heracles de Eurípides, que encarna la locura y sus efectos, haciendo hincapié en la importancia que reviste lo femenino en esta presentación trágica. El trabajo se llevará a cabo a partir de dos ejes fundamentales, por un lado, la animalización ?bestial? del personaje, por el otro, el ritual báquico como manifestación femenina del descontrol. En la tragedia, Lýssa se introduce en el pecho del héroe y lo lleva a cometer el filicidio. Heracles está poseído por daímon: se trata de la presencia de un otro en el sí mismo, y este otro es una mujer. Es una realidad mítica que se manifiesta al mismo tiempo dentro y fuera del hombre e incluye varias instancias en una sola: el hombre y el crimen que cometió, las motivaciones psicológicas y sus consecuencias, el miasmós y el castigo. En el imaginario griego, Lýssa personifica la furia en la guerra y la ira frenética. Este último rasgo es significativo puesto que la relaciona con otra de sus formas, la locura producida por la rabia, la cual lleva a su asociación con los perros. Cabe aclarar que el estudio del recurso de la animalización, esencial para relevar la indisciplina que supone el abandono de la razón ?masculina? y civilizadora, nos llevará a abordar el tratamiento de los personajes en clave de monstruosidad; y de esta manera establecer de qué manera resultan articulados los conceptos de locura y muerte. Por otra parte, la forma que encuentra el poeta para articular el exceso de violencia que implica la locura es el ritual báquico. Del mismo modo que en la bacanal, Lýssa hace que sus víctimas muevan violentamente su cuerpo. Ella hará bailar a Heracles al son de la flauta y como se trata de un ritual asociado a Hades, el dios de la muerte, busca la sangre y no el vino. Es importante notar que la muerte está presente a lo largo de toda la obra. Pero es en el episodio de Lýssa, al estar vinculada con la locura, donde la muerte queda asociada ?por sus afinidades? con la bacanal. Cabe destacar que al tratarse de una divinidad femenina se vincula con la muerte como poder de destrucción que aniquila al hombre y no como un estado diferente de la vida, asociado a figuras masculinas.