Las estructuras tectónicas andinas en las nacientes del arroyo Taquimilán (37°35?S), faja plegada y corrida del Agrio, Cuenca Neuquina

ARAMENDIA, BRENDA; TURIENZO, MARTÍN; PERALTA, FLORENCIA; LEBINSON, FERNANDO; SÁNCHEZ, NATALIA

La Rioja

Otro; XVII Reunión de Tectónica; 2018

Comisión de Tectónica de la AGA

La faja plegada y corrida del Agrio es una región intensamente deformada de los Andes Neuquinos formada en respuesta a los esfuerzos contraccionales derivados de la subducción de la placa de Nazca por debajo de la placa Sudamericana (Ramos y Folguera 2005). De acuerdo al predominio de estructuras involucrando al basamento (piel gruesa) o a la cubierta sedimentaria (piel fina), esta faja ha sido dividida en una zona interna y una zona externa (Ramos 1978, Zapata y Folguera 2005). En un área situada a unos 20 km al sudoeste de la localidad de Chos Malal, que abarca el límite entre la zona interna y externa de la faja, se adquirieron datos de campo que permitieron elaborar un mapa geológico en detalle y una sección estructural O-E de 19,3 km de longitud ubicada a los 37º35´S. Se identificaron cinco anticlinales con un rumbo aproximado N-S, y vergencia dominante al este. En la zona interna la unidad más antigua es la Formación Tordillo, expuesta en el núcleo de anticlinales con longitudes de -5 km considerados estructuras de primer orden que involucran al basamento. En la zona externa los pliegues tienen una longitud de onda de -3 km, y forman estructuras de segundo orden que afectan principalmente a las Formaciones Vaca Muerta y Mulichinco. Un apretado anticlinal cuya longitud de onda es - 1 km, se interpreta como un pliegue de tercer orden que involucra a la Formación Agrio y unidades suprayacentes. La sección estructural reconstruida permite establecer una estrecha relación entre las estructuras de distinto orden, mediante corrimientos unidos a diferentes despegues en la cubierta sedimentaria que transmiten la deformación desde las estructuras de mayor escala a las de menor. La restitución de la sección conservando la longitud de las capas permitió calcular el acortamiento tectónico.