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A partir de una serie de trabajos iniciales en los que se plantea profundizar el estudio de la relación entre censura y cine, en esta ocasión pretendemos analizar la concepción de censura que tenían dos publicaciones católicas en el período álgido de 1973-1974, caracterizado por numerosos cambios en el seno del Instituto Nacional de Cinematografía. Tras junio de 1966, el gobierno de facto de la autodenominada Revolución Argentina propició un proyecto político cultural de corte conservador. Vago en sus alcances, represivo de toda manifestación ajena a la civilización cristiana occidental, se apoyó en una concepción del mundo y de la cultura que se referenciaba en el catolicismo preconciliar. La asfixia cultural que se experimentó en los años de Onganía y sus sucesores, y que permitió el avance de los sectores clericales y conservadores en amplios espacios de la vida cultural, sufrió un cambio radical con la llegada del peronismo al poder en 1973. Sin embargo, la llamada primavera camporista duró apenas días, y la apertura cultural que se experimentó comenzó a apagarse durante la presidencia de Perón y de su sucesora, Isabel Perón, quien apoyada en los sectores vinculados a la denominada derecha peronista abortó todo intento de libertad cultural. Desde el Estado, se articuló toda una política represiva que buscaba controlar los mensajes que estos filmes presentaban. En este trabajo abordaremos el análisis de la censura en el campo cinematográfico, a partir del análisis de la prensa católica del período, en particular de la revistas Criterio y Esquieu. Estudiaremos como ambas publicaciones contemplaban el rol de la censura en el control de los films que se estrenaban en el período, y los cambios que se dieron desde fines del gobierno de la Revolución Argentina hasta el golpe de marzo de 1976.

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