BECAS
GUZMAN Leticia Ana
congresos y reuniones científicas
Título:
La UNC, facilitadora de acciones para la recuperación ambiental de la Cuenca del Lago San Roque
Autor/es:
VERZINO, GRACIELA E.; PELLIZA ENRIQUE; VOCOS MAURICIO G.; GUZMÁN LETICIA ANA; FRASSONI JAVIER E.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Otro; 6° Foro de Extensión. Poner en común: propuestas para una agenda extensionista.; 2014
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; widows: 2; orphans: 2; }p.western { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; } La problemática ambiental de la cuenca del Lago San Roque es muy seria y se profundiza día a día. Los asentamientos humanos a lo largo del Valle de Punilla, la más notable unidad socioeconómica de la cuenca del San Roque, así como los efectos temporales de los visitantes, como resultado de una creciente industria turística, han provocado profundos cambios en el paisaje original, tan rico en recursos naturales de gran valor ambiental y estético. La zona está experimentando un acelerado proceso de urbanización con graves problemas de contaminación debido al tratamiento inadecuado de los efluentes, y a los residuos domésticos e industriales. A esto se suma la degradación y pérdida del Bosque Serrano, como producto de la tala abusiva, la deforestación con diversos fines y los incendios rurales (Renison et al. 2006, Cingolani et al. 2008, Giorgis et al. 2013). Estos bosques cumplen, por su estratégica localización en las áreas de captación, una importante función protectora, influyendo en gran medida en el aporte de agua a los valles (donde se localizan los asentamientos humanos) y a la ciudad capital de la provincia de Córdoba, que se abastece en un 70% del agua que provee la cuenca. La alteración de la cubierta vegetal, a su vez, ha generado fuertes procesos de erosión eólica e hídrica provocando el deterioro progresivo de la capacidad de almacenamiento de agua del lago y su calidad, tanto para el consumo humano como para la recreación y los deportes acuáticos. Claramente, existe un serio déficit en la regulación de la cuenca que trae aparejado problemas de falta de agua, en períodos de fuerte sequía, y crecientes e inundaciones en períodos de lluvias. Esta problemática no es dimensionada en su verdadera magnitud por el Estado Provincial que no ha tomado medidas estructurales para resolverla. La comunidad, por su parte, se reparte entre aquellos que, preocupados, intentan acciones aisladas de saneamiento y recuperación de la cuenca y los que se mantienen indiferentes, contribuyendo de forma intencional o por omisión, a acrecentar el problema. En este contexto, la Universidad Nacional de Córdoba había participado, principalmente, como generadora de conocimientos, llevando adelante estudios diversos sobre la cuenca y sus componentes naturales. Pero el problema era demasiado serio y la Universidad no podía seguir ocupando un rol puramente académico y aséptico. Era indispensable asumir un papel más activo, de mayor protagonismo. Es así como, desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias, se llevó adelante, entre marzo de 2011 y mayo de 2014, un proyecto de extensión con los objetivos generales de: 1. Sensibilizar a la comunidad de la cuenca sobre la importancia de los bosques en la conservación de los recursos hídricos, y 2. Contribuir a detener y revertir la degradación ambiental de la Cuenca del Lago San Roque a través de la participación activa de actores sociales involucrados directa o indirectamente con el proyecto. Se plantearon los siguientes objetivos específicos: 1. Discutir, diseñar e implementar, en forma participativa, parcelas demostrativas de forestación y reforestación de acuerdo a Buenas Prácticas de Manejo Forestal, y 2. Comunicar los beneficios y promover la adopción de prácticas de gestión sostenible entre los actores sociales de la cuenca. Para llevar adelante un proyecto tan ambicioso se debió trabajar con aliados claves a distintos niveles. Entre ellos, nuestros socios en la gestión, la Asociación Civil Los Algarrobos, Avina Argentina y el Centro Cultural Canadá, los organismos internacionales y nacionales que financiaron el proyecto, como Internacional River Foundation (Australia), Grand River Conservation Authority (Canadá), Coca Cola Foundation (U.S.A.), EDASA y Andina Argentina, entre otros, las empresas e individuos que fueron parte del proyecto, como dueños de parcelas demostrativas, y los organismos, empresas e individuos que trabajaron en la ejecución del proyecto, como la Secretaría de Recursos Hídricos de Córdoba, la Universidad Blas Pascal, la Universidad de Villa María, la Municipalidad de Villa Carlos Paz, la Fundación Prometeo y muchos otros. La Parcela Forestal Demostrativa fue la herramienta utilizada para convocar la participación ciudadana, para canalizar las inquietudes de los que ya tienen conciencia del problema y para atraer la atención de algunos desorientados o indiferentes. Se consideró el árbol como un símbolo o emblema de la conservación ambiental, y por eso las actividades se centraron en la reimplantación de árboles y arbustos en zonas que los habían perdido. Las parcelas, de superficies variables entre un cuarto y dos hectáreas, se diseñaron e implementaron, a su vez, como modelos de buenas prácticas a replicar en condiciones similares en otros puntos de la cuenca. Los forestadores y sus parcelas se constituyeron, de esta forma, en agentes de cambio. A esta herramienta se sumó otra de gran valor: el taller. A través de talleres sobre temas propuestos por la comunidad, se puso al alcance de la mano el conocimiento científico generado en el ámbito académico. El abordaje multidisciplinar se realizó con la colaboración de expertos en las distintas áreas del conocimiento, tales como botánica morfológica, taxonómica y fisiológica, silvicultura, ecología, edafología, manejo de suelos y aguas, manejo de cuencas hidrográficas, manejo de pastizales, etc, El nexo entre la Universidad y el forestador, más allá de los talleres periódicos, lo constituyó el extensionista, que discutió con el forestador la localización y el diseño de su parcela y que luego dirigió las tareas de plantación. Además de la sensibilización de la comunidad, el proyecto tuvo un fuerte componente educativo, ya que participaron de talleres y plantaciones, jóvenes de nivel secundario y universitario, en actividades extracurriculares, conducidos por sus profesores en forma coordinada con la directora del proyecto, a su vez docente de la UNC. Los resultados del proyecto se sintetizan de la siguiente forma: Se organizaron y dictaron quince talleres de capacitación y concienciación en distintos puntos estratégicos de la cuenca: tres talleres el primer año, siete el segundo y ocho el tercero. Se efectuaron tres presentaciones en reuniones científicas (Verzino et al. 2012a, 2012b, 2013) y cuatro charlas en ámbitos académicos. Se diseñaron e implantaron 40 parcelas forestales demostrativas, con 6.840 plantas, en forma participativa con actores sociales de la cuenca y se repusieron fallas en doce parcelas. Se firmaron dieciseis acuerdos de compromiso con forestadores. Se suscribieron Acuerdos de trabajo conjunto entre el Centro Cultural Canadá (como gestor de los fondos) y las Universidades Blas Pascal y Nacional de Villa María. Se elaboró el Video: Plantar árboles para Vivir Mejor, en español y en inglés, que describe en forma didáctica los alcances y resultados del proyecto hasta febrero de 2013 y que fue entregado gratuitamente a centros educativos, organizaciones de la sociedad civil y municipios. Al menos 500 personas asistieron a los seminarios y talleres que abordaron la problemática de la cuenca. Al menos 25 estudiantes universitarios de tres universidades participaron del proyecto y se capacitaron en el diseño y plantación de parcelas forestales. Integrantes del grupo de Scouts de Villa Carlos Paz y de colegios secundarios de Villa Carlos Paz y Cosquín participaron de los talleres y plantaciones. Se concluye que mediante las parcelas demostrativas y los talleres se crearon espacios de diálogo, reflexión y aprendizaje sobre la problemática ambiental de la cuenca.Se planteó una relación Universidad-sociedad basada en el diálogo de saberes y de significado compartido entre el ámbito del conocimiento privado experiencial y el ámbito del conocimiento académico.Fueron protagonistas principales los vecinos de la cuenca, las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones educativas de nivel secundario y universitario interesadas en la problemática ambiental, quienes vieron la posibilidad de llevar adelante acciones directas de remediación de su entorno. La Universidad actuó, en esta ocasión, como motor del cambio y, a su vez, como facilitadora de las acciones que estaban latentes en la sociedad.