Estudios Organizacionales en América Latina: Desafíos y Posibilidades

RAFAEL ALCADIPANI; JORGE FEREGRINO; PABLO ISLA MADARIAGA; LEONARDO SOLARTE; DIEGO SZLECHTER; JULIANA CRISTINA TEIXEIRA

RAE

Escola de Administração de Empresas de São Paulo da Fundação Getulio Vargas

Lugar: San Pablo; Año: 2018

0034-7590

Es imposible reflexionar sobre las civilizaciones precolombinas como la Maya, Inca, Azteca, Guaraní y Mapuche sin concebirlas como organizaciones sociales conformadas por personas trabajando en haras de objetivos comunes. Tales civilizaciones, según Mignolo (2008), desconocían la existencia de otras en otros continentes y por lo tanto, según el autor, no esperaban ser "descubiertas" por los europeos. En este sentido, América es la manifestación de la creación del poder colonial europeo, que a partir de los grandes descubrimientos expandió sus territorios y su forma de "modernización" por el mundo (Mignolo, 2008). Como consecuencia del descubrimiento de las Américas por los europeos, según Mignolo (2008), las historias, las prácticas y el conocimiento hasta entonces existentes en el continente americano, fueron ignorados e incluso atacados por los conquistadores europeos. Es decir que, con el "descubrimiento", el continente Americano, comenzó a ser administrado desde la perspectiva de las metrópolis europeas y para su propio beneficio Así, el proceso de colonización de las Américas trastocó el conocimiento local y transformó el entorno de estas sociedades e, incluso, sus organizaciones ?nativas? de la época fueron sometidas y controladas por las metrópolis Europeas (Mignolo, 2008). A partir de este momento, se construyó una visión de inferioridad y subdesarrollo de las sociedades locales (Aparicio & Chavez-Silverman, 1997). Mediante las formas discursivas de control que fueron sistemáticamente engendradas como prácticas efectivas para subordinar a los pueblos originarios y la desubjetivación de los individuos oriundos de las colonias, se establecieron prácticas que les negaron el derecho a condiciones dignas de existencia; todo ello en un contexto discursivo de significación civilizatoria (en medio de las relaciones saber-poder) a estas práctica. Así, la idea de América Latina surge como una construcción discursiva, aparentemente inferior con relación a las colonias inglesas y a Europa (Mignolo, 2008).