Evidencias de la glaciación devónica en el ámbito andino, sierra de Las Minitas, La Rioja, Argentina.

ASTINI, R.A. Y EZPELETA M.,

Jujuy

Congreso; XVII Congreso Geológico Argentino.; 2008

En Argentina no se conocen registros incuestionables de la glaciación devónica documentada en otras regiones de Gondwana (e.g., Brasil, Bolivia). Evidencias indirectas de esta glaciación han sido detectadas a partir de fluctuaciones eustáticas que controlaron el desarrollo estratigráfico en el hemisferio norte. En el oeste argentino, la ausencia de registro devónico superior-carbonífero basal ha sido atribuida a causas tectónicas, vinculadas en general con el tectonismo chánico, o bien, a la acción combinada de tectonismo y actividad glacial (Astini, 1996), en relación con la conocida glaciación Namuriana. En la sierra de las Minitas, en la provincia de La Rioja, donde aflora una estratigrafía paleozoica poco conocida que sirve de nexo entre las Sierras Pampeanas Occidentales y el ámbito de la Precordillera de Jagüé existe un notable registro de diamictitas por debajo de la discordancia Río Blanco (Limarino y Fauqué, 1991) que separa a la Formación Río del Peñón (Carbonífero Superior-Pérmico) de un registro clástico profusamente intruido por diques de composición bimodal y fuertemente plegado, originalmente cartografiado como Formación Jagüel y más recientemente, incluido dentro del Grupo Angualasto (asignado al Carbonífero Inferior-Medio). El único mapa detallado de la región fue efectuado por Coughlin (2000), quien realizó un importante número de dataciones Ar-Ar, de gran calidad analítica, en los diques ígneos arrojando edades entre Devónico Superior y Carbonífero basal (ca. 346-364 Ma). Recientes trabajos de campo efectuados por los autores de esta contribución permiten confirmar el hallazgo de trilobites y otras faunas y floras asociadas que certificarían la edad devónica del registro estratigráfico en la sierra de Las Minitas (Vaccari et al. este congreso). Dentro de la estratigrafía silicoclástica plegada se detectaron importantes espesores de diamictitas dispuestas concordantemente entre asociaciones de facies marinas. Se trata de un espesor mínimo de 70 m de fangolitas gris verdosas con abundantes clastos dispersos de variado tamaño y estructura maciza como estratificada, que no ha sido descripta ni interpretada con anterioridad y apoya sobre una sección de pelitas y ritmitas verde-grisaceas con faunas devónicas. En una sección (28°48'31.6"S; 68°45'04.1"O) el intervalo registra un contacto normal en su tope y es, justamente, ésta la que permite ponerle un límite de edad. Las diamictitas poseen un intervalo basal macizo con desarrollo de bancos de gran espesor (escala métrica) que se reconocen por sutiles cambios texturales o de la concentración de clastos suspendidos dentro de la abundante matriz que sirve de soporte. Se trata de diamictitas matriz soportadas macizas (Dmm) que llevan suspendidos bloq es subredondeados o subangulosos > 1m con caras aplanadas y estriadas junto con una población de clastos de tamaño guija a guijón (2-25 cm de diámetro) bien redondeados y con caras planas y formas en plancha (flan-iron) o en bala (bulet like). Estos últimos, poseen caras pulidas y frecuentes estrías de origen glacial a veces en haces subparalelos a las máxima elongación de los clastos o con diseños de estrías múltiples que indican que fueron parte de sedimentos arrastrados como carga subglacial. Intercala lo con las Dmm, y con mayor frecuencia hacia el tope del intervalo glacigénico, se destacan facies de diamictitas matriz soportadas estratificadas (Dms) en capas de centímetros a la decéna de centímetros, intercaladas con particiones finas y conteniendo abundantes clastos caídos que comúnmente superan el espesor de la capa y desarrollan tanto estructuras de punzamiento como protrusiones desde el tope. Esta facies se interpreta como tillitas de fusión y caída a través de una columna de agua (acuatilles). Este proceso permite la diferenciación en capas discretas de diamictita tabulares finamente estratificadas con particiones finas producto de decantación residual luego de los episodios de caída en masa. Los clastos sobredimensionados, por tener mayor espesor que las capas que los contienen, constituyen verdaderas paradojas hidrodinámicas por lo que se interpretan como clastos caídos asociados a procesos de balsaje. Otras dos facies presentes en la asociación diamictítica son intervalos delgados (< 2,5 m) de pelitas limoarcillosas laminadas con clastos dispersos y estructuras de punzamiento y un intervalos arenosos (1,5 m) compuesto por capas macizas y gradadas de entre 5 y 35 cm de espesor, separados por particiones pelíticas bioturbadas, geometría tabular y frecuentes marcas de base. En el tope las areniscas suelen tener acumulaciones de clastos gruesos dispersos. Mientras que las pelitas se interpretan como depósitos de decantación en ambientes con influencia glacial y frecuente balsaje, las areniscas corresponderían a depósitos de flujos gravitacionales del tipo de los flujos granulares, dada su elevada concentración de arenas, relativamente limpias, su geometría tabular, gradación normal y marcas de carga en su base. Además, el conjunto de facies reconocidas están involucradas dentro de paquetes de hasta 17 m de espesor plegados y contorsionados a partir de procesos de deformación dúctil, posiblemente vinculado con flujo (tilles de flujo). Desde el punto de vista composicional los clastos en las diamictitas son en su gran mayoría de metaareniscas y areniscas muy diagenizadas similares a las que pertenecen a la Formación Chuscho (aflorante hacia el actual nor-noreste). Se incluyen además, clastos de mármoles de grano fino foliados similares a los expuestos en la faja de deformación de Jagüé, clastos de rocas básicas de grano fino también comparables a las unidades básicas pertenecientes a la Formación Chuscho. En menor medida, se hallaron clastos de rocas cuarcíticas y muy escasos clastos graníticos o de metamorfitas de grado medio y alto (