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La promoción de estilos de vida saludable durante la adolescencia es de suma importancia y requiere no solo del compromiso de la familia y el joven, sino también de los establecimientos educativos. Objetivos:Valorar hábitos alimentarios y conducta tabáquica en el espacio escolar. Indagar opiniones de los adolescentes respecto de su alimentación. Indagar conocimientos sobre el tabaco. Población: adolescentes escolarizados de S. M. de Tucumán (N: 94, E: 12 a 14 años. Materiales y métodos: Estudio descriptivo, transversal. Resultados y conclusiones:El 55% de la población la constituyeron mujeres, la media para la edad fue 13 años. En relación a los hábitos alimentarios; 39% consideró no saludable su alimentación o manifestó desconocimiento. El 61% consideraba tener una alimentación saludable, siendo mayor el reconocimiento entre los varones. Sin embargo, la valoración de consumo de alimentos en el kiosco escolar indica un elevado consumo de azucares refinados, grasas saturadas y sodio (caramelos, chicles, chizitos papas fritas, alfajores) los cuales propician un panorama promotor de factores de riesgo cardiovasculares y de obesidad en la adultez. En relación a esto, el 68% desearía acceder opciones de alimentos saludables. Valorando la conducta tabáquica; el 90% declaró no fumar, aunque el 30% reconoció haber fumado alguna vez. Por otra parte manifestaron un elevado contacto con el tabaco, ya sea a través de experiencias propias o personas cercanas, en sus casas o escuela, puesto que 53% y 67% estuvieron expuestos al humo de tabaco ajeno en la escuela o en su casa, respectivamente. El 90% consideraba que fumar ocasiona daños a la salud. El 91% creía que debería prohibirse el fumar en la escuela. Si bien los adolescentes evidencian encontrarse en un ambiente no promotor de conductas salugénicas. Manifiestan como contrapartida una buena disposición en relación a propuestas que modifiquen sus condiciones ambientales poco saludables. El espacio escolar presenta la oportunidad para el trabajo conjunto del sector salud y educación. Estas acciones, vinculadas a la promoción de la salud, los comportamientos saludables y la prevención de enfermedades, pueden dar lugar a que niños y adolescentes desenvuelvan competencias para el desarrollo de capacidades salugénicas y el autocuidado.

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