El concepto de reconocimiento en el capítulo IV de la Fenomenología del Espíritu (1807) de Hegel

ABELLÓN MILTON

Riesgo, cultura, técnica en la vida social, política y cultural: la modernidad en sus discursos ambiguos. Actas de las XII Jornadas Nacionales de Antropología Filosófica

Las Cuarenta

Lugar: Buenos Aires; Año: 2023; p. 321 - 334

La presente trabajo explora la cuestión del reconocimiento (Anerkennung) en la sección A del capítulo IV de la Fenomenología del Espíritu (1807; FE; IV.A). Como sabemos, se trata de una temática que cobró una gran popularidad a través de los famosos cursos que Kojève dictó en École des Hautes Études entre 1933 y 1939. En las últimas décadas del siglo pasado y en el transcurso del nuevo milenio, la Hegelforschung elaboró diversas lecturas de la concepción del reconocimiento expuesta en IV.A., pudiendo distinguirse dos posicionamientos interpretativos. Para el primero, el reconocimiento es la apetencia (Begierde) o el “deseo natural” espiritualizado, expresado, por lo general, mediante la idea de “deseo de reconocimiento”, el deseo propiamente humano, cuya satisfacción da lugar a la aparición del espíritu en tanto autoconciencia intersubjetiva. Para el segundo, en términos generales, el reconocimiento, dado su carácter mediato, recíproco y reflexivo, constituye el modelo intersubjetivo adecuado de la autoconciencia y de la aparición del espíritu, abandonando y reemplazando a la apetencia. Nos hemos ocupado del análisis de estos dos posicionamientos hermenéuticos en otro lugar (Abellón, 2022). En esta oportunidad, se intenta aclarar la función del reconocimiento y su significado a la luz del estadio particular de la exposición de la ciencia de la conciencia que presenta el capítulo IV. La idea que sostenemos es que el reconocimiento es la segunda referencia (Beziehung) práctica que la autoconciencia que persiste como conciencia [sc. (auto)conciencia] establece con su objeto, otra (auto)conciencia. El reconocimiento, afirmamos, es una referencia práctica intersubjetiva, recíproca y mediada, pero también el movimiento de dicha referencia y (iii) el resultado de tal movimiento, constituyendo el momento del movimiento de la autoconciencia en el que queda acabado su concepto por primera vez.