Mortalidad de ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus) en el Parque Nacional Mburucuyá, Corrientes.

OROZCO MM; GUILLEMI EC; MINATEL L; DE LA FOURNIÈRE S; ARGIBAY H; BERRA Y; MARCOS A; FARBER M.; GÜRTLER RE.

Congreso; II Congreso de la Sociedad Iberoamericana de Epidemiología Veterinaria y Medicina Preventiva; 2014

Los episodios de mortandad de fauna silvestre pueden provocar graves disminuciones poblacionales, especialmente cuando ocurren en especies amenazadas como el ciervo de los pantanos, significando una amenaza para la conservación de la biodiversidad. La población de ciervo de los pantanos de Corrientes es la más importante de Argentina, y los registros de la especie dentro del Parque Nacional Mburucuyá (PNM) son relativamente recientes, estimándose allí una abundancia de 60-80 animales. En 1994, 2004, 2007, 2010, 2013 y 2014 se registraron mortandades de la especie en la cuenca de Iberá. En 2007 se detectó una alta carga de nematodes gastrointestinales incluyendo la presencia de Haemonchus contortus, en coincidencia con inusuales condiciones climáticas adversas y una aparente menor disponibilidad de pasturas. Recientemente, entre febrero y junio de 2014, 18 ciervos fueron registrados muertos en el PNM. Con el objetivo de establecer las probables causas de muerte, se colectaron muestras biológicas de los ejemplares hallados. Solo pudieron analizarse las muestras de tres ciervos, dado el avanzado grado de autólisis. Se realizó el diagnóstico histopatológico, parasitológico, serológico, toxicológico y molecular de las muestras. Se confirmó la presencia de altas cargas de garrapatas Rhipicephalus microplus en dos ciervos (C1/C3). Se identificó por PCR en tiempo real Babesia bovis en los tres ejemplares y se determinó la presencia de Babesia odocoillei y Theileria cervi en sangre y tejidos de dos ciervos (C2/C3) mediante secuenciación de los clones obtenidos a partir del fragmento amplificado de 18S. Trypanosoma sp se detectó por observación directa al microscopio en un ciervo (C1). En dos ciervos se realizaron estudios histopatológicos. Un animal (C2) presentó un hígado de color pardo, observándose en él una lipidosis hepática difusa, leve y subaguda, compatible con anemia, mientras que en el otro animal (C3) se detectó necrosis cortical difusa severa y aguda a nivel renal, necrosis hepática paracentral moderada y aguda, y neumonía intersticial multifocal leve. Las lesiones de C3 fueron compatibles con un cuadro de insuficiencia renal y hepática agudas. Los recuentos de huevos y ooquistes por gramo de materia fecal fueron muy bajos (HPG<80; OPG=0) en los tres animales. El diagnóstico serológico solo pudo realizarse en C3, cuyas muestras resultaron negativas a fiebre Q, aborto enzoótico, diarrea viral bovina, estomatitis vesicular, lengua azul (ELISA), leptospirosis (MAT), brucelosis (Ag BPA), fiebre aftosa y leucosis enzoótica bovina (IDGA). En el mismo ejemplar se aisló Pseudomona sp. y Citrobacter sp. en el hígado. No se detectó la presencia de plaguicidas organofosforados en el higado, arsénico ni cadmio en lengua, aunque se detectó la presencia de plomo lengua (281 ug/kg). Nuestros resultados sugieren que la mortandad observada en estas poblaciones es un evento multifactorial y que las elevadas cargas parasitarias de ectoparásitos y hemoparásitos, y la eventual presencia de tóxicos ambientales podrían estar implicadas en los sucesivos eventos registrados. Este trabajo preliminar aporta valiosos resultados orientativos que son la base de un proyecto a largo plazo que se desarrollará en el área, con el fin de proveer las herramientas necesarias para el desarrollo de estrategias de manejo de las áreas protegidas.