Humanos, mosquitos y ambiente: un modelo para el dengue

FABIANA LAGUNA; KARINA LANERI

San Luis

Congreso; Trefemac; 2019

Trefemac

El mosquito Aedes aegypti, principal transmisor del virus deldengue, vive estrechamente asociado a los hábitos domésticoshumanos. Las hembras depositan sus huevos en recipientes artificialescon agua, por lo que las campañas de prevención se centran en eldescarte y limpieza de tales recipientes. Son varios los procesos que dependen de variables ambientales. La tasa deoviposición y las diferentes etapas de desarrollo del mosquito,especialmente en la fase acuática, son muy sensibles a latemperatura y a las lluvias. Por otro lado, luego de que el mosquitopica a un humano infectado, el virus debe incubarse durante un tiempodeterminado dentro del mosquito para que se produzca la transmisiónde la enfermedad. Este tiempo de incubación depende fuertemente dela temperatura. Un factor relevante en la propagación espacial del dengue es lamovilidad humana, según indican estudios previos. Pero existentambién otros comportamientos sociales, menos explorados, queinfluyen en la propagación del virus. Por un lado, cuando se produceun brote y las personas infectadas asisten a un centro de salud, serecomienda al paciente hacer reposo por una semana, hidratarse, bajarla fiebre con paracetamol y evitar ser picado en la etapa febril. Porotro lado, las personas sanas que se encuentran en un entorno depersonas infectadas, tratarán de protegerse de la picadura (conproductos repelentes, por ejemplo) y de esa manera disminuirá suriesgo de enfermarse. Las dos acciones, protección de las personassanas y aislamiento de las enfermas, modifican la propagación y laintensidad del brote. Es así como humanos, mosquitos, medio ambiente y virus se entrelazan.Presentamos resultados de un modelo poblacional espacio-temporal para lapropagación del dengue, de tipo Susceptible-Expuesto-Infectado-Recuperado (SEIR) para humanos y Suscepible-Expuesto-Infectado (SEI) para mosquitos. La poblacióndiaria de mosquitos se obtiene a partir de un modelo basado enindividuos que considera los parámetros vitales del insecto. Elmodelo incorpora además campañas de prevención, interacciónsocial entre vecinos y movilidad humana.Nuestros resultados indican que el descacharrado semanal como herramienta decontrol de la población de mosquitos resulta eficiente aún cuandono se cumpla estrictamente. Además, la dependencia con altemperatura de los tiempos de oviposición e incubación afectan fuertemente tanto la población de mosquitos como el número dehumanos infectados. La población total de humanos infectados oscilaen el tiempo y se asemeja a la observada en algunas regiones deArgentina.p { margin-bottom: 0.1in; line-height: 120%; }