Por los senderos pintados de Oyola. HISTORIAS Y EXPERIENCIAS EN UN SITIO CON ARTE RUPESTRE DEL ESTE CATAMARQUEÑO (CATAMARCA, ARGENTINA).

GHECO, LUCAS; AHETS ETCHEBERRY, EUGENIA; LANDINO, MATÍAS

Tilcara

Jornada; I Jornadas de Arqueología del Noroeste Argentino; 2022

La sierra de El Alto-Ancasti (Catamarca) alberga un centenar de cuevas y aleros con arte rupestre. Estudiados desde mediados del siglo XX, fueron adscriptos uniformemente a la cultura La Aguada (600-900 d.C.) en base a las similitudes detectadas entre algunas pinturas y los diseños clásicos de dicha cultura. En los últimos años, esta imagen homogénea fue complejizada a partir de la comprensión de las prolongadas y complejas historias de pintado y demás prácticas sociales ejecutadas en algunos de estos abrigos, en distintos momentos antes y después del Período Medio. Una primera aproximación a tal heterogeneidad permitió identificar cuatro modalidades que agrupan tentativamente a los sitios con arte rupestre de la sierra de acuerdo a sus características espaciales y a las posibilidades de observación de los motivos.Hasta el momento, es la modalidad espacial 1 la que se conoce con mayor profundidad a partir de las investigaciones que hemos desarrollado en el sitio arqueológico de Oyola. A diferencia de las otras modalidades que se asocian con un único abrigo pintado (modalidad 2, por ejemplo), esta primera lógica espacial comprende conjuntos de múltiples cuevas y aleros con arte rupestre. En estos sitios hemos detectado la elección predilecta de abrigos de dimensiones espaciales reducidas, lo cual habría habilitado reuniones de pocas personas para observar las pinturas de forma cercana y estática, en espacios íntimos y oscuros. Además, la relativa proximidad espacial entre las distintas cuevas pintadas llevó a postular un posible uso secuencial de las mismas, involucrando experiencias corporales en las que se articulaban los distintos abrigos a lo largo de diversos recorridos rituales.Ahora bien, quizás más interesante que postular la posible existencia de recorridos rituales sea lograr reunir los elementos que nos permitan aproximarnos a ellos, identificando cuáles abrigos o cuevas fueron intervenidos y activados en cada período discernible de la larga y compleja historia de formación de estos paisajes rupestres. Es sobre este último punto que nos proponemos avanzar en esta ponencia, tomando como caso de estudio el sitio de Oyola y sus 38 abrigos con arte rupestre dispersos en las lomadas boscosas de la ladera media de El Alto-Ancasti. En esa dirección, retomaremos los resultados de los trabajos que realizamos allí desde hace más de diez años, combinando diversas líneas de evidencias (estudios morfológicos, espaciales, de las superposiciones y físico-químicos del arte rupestre) que permiten vislumbrar las trasformaciones suscitadas en el sitio a lo largo de su historia. A partir de ello, exploraremos cómo se fueron articulando sus abrigos pintados en vistas de aproximarnos a la heterogeneidad de experiencias espaciales que se sucedieron y estratificaron en el devenir de lo que hoy conocemos como Oyola.