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Los perros domésticos (Canis familiaris) poseen habilidades que les permiten responder en forma exitosa a señales dadas por humanos como el señalamiento o la dirección de la mirada, siendo la especie más exitosa en tareas sociales. El paradigma experimental que se utiliza para determinar si los animales comprenden gestos humanos es la tarea de elección de objeto. En la misma los sujetos deben realizar una elección entre dos posibles lugares, basándose en la señal provista por el experimentador para encontrar un reforzador apetitivo escondido. El buen desempeño en estos estudios ha despertado explicaciones que van desde interpretaciones mentalistas a otras que asumen un funcionamiento cognitivo de alto nivel, dejándose de lado hipótesis relacionadas con los procesos de aprendizaje asociativo. Por otra parte, cobra relevancia la relación que los perros mantienen con sus dueños, con quienes conviven y de donde obtienen recursos. El objetivo de nuestros experimentos fue evaluar si seguir el señalamiento en una prueba de elección de objeto se modifica en función de que cambien las contingencias de refuerzo en un procedimiento de extinción, y uno de omisión. En la extinción una conducta que ha sido reforzada, deja de serlo en un momento determinado mientras que en la omisión la respuesta deja de ser reforzada por lo que debe inhibirse y se premian respuestas alternativas. Otro objetivo fue estudiar si hay diferencias en la performance de los sujetos cuando la señal fue dada por el dueño o por un extraño. Se evaluaron 25 perros, asignados al azar. Ambos grupos se desempeñaron en las distintas pruebas hasta que alcanzaron el criterio de 4 respuestas consecutivas correctas. La presencia de los dueños retardó la extinción de la respuesta, en cambio mejoró el desempeño de los perros durante la omisión. Se discuten posibles mecanismos para explicar estas diferencias.

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