INVESTIGADORES
MORALEJO Reinaldo Andres
capítulos de libros
Título:
Prólogo
Autor/es:
MORALEJO, REINALDO ANDRES
Libro:
El Shinkal y su Inty Raymi. El renacer del olvidados
Editorial:
Imaginante Editorial
Referencias:
Lugar: Santos Lugares, Buenos Aires; Año: 2017; p. 11 - 13
Resumen:
Era necesario un relato distinto y particular acerca de El Shincal de Quimivil. Los escritos hasta el momento han hecho hincapié en temas vinculados a lo histórico, antropológico, arqueológico y ambiental, pero olvidaron un aspecto fundamental que nos permita acercar al lugar de otra manera, apelando al conjunto de las emociones y de lo espiritual. Este sitio se conoce desde siempre, desde que se transformó en lugar. Pero, desde el paso del adelantado y conquistador Diego de Almagro en 1536 por Londres de Quimivil ?que significó un hecho coyuntural en la vida de los pueblos aborígenes que habitaban la región?, tuvieron que pasar más de 300 años para que la ciencia lo transforme en una entidad visible y cognoscible capaz de ser captada por los sentidos y por la razón, es decir, lo construya como objeto de estudio. Desde comienzos del siglo XX, y de manera intermitente, fue motivo de estudio de varios personajes como Adán Quiroga, Hilarión Furque, Carlos Bruch, Wladimir Weiser y Friedrich Wolters (integrantes de la conocida Expedición por el Noroeste argentino financiada por Benjamín Muniz Barreto), Alberto Rex González y Rodolfo Raffino. Este último, fue sin duda quien marcó un antes y un después en la historia de las investigaciones, fue quien comenzó allá por 1981 ?y de manera ininterrumpida hasta su fallecimiento en el año 2015? con diversos trabajos de investigación, restauración, conservación y puesta en valor que llevaron al sitio a ser lo que hoy es. Fue Rodolfo Raffino quien supo marcar el rumbo de todxs lxs que hacemos antropología y arqueología actualmente en El Shincal de Quimivil, quien brindó su propio entusiasmo y apoyo para que todxs podamos desarrollarnos como científicxs, académicxs y sobretodo como personas. Y eso es así, por más que a algunxs pocxs, por mezquindad y falta de memoria, les cueste reconocerlo y valorarlo. Hay que saber que la ciencia no lo es todo, que hay algo más presente y que no es excluyente. De eso se trata este relato, de saber y conocer que las emociones y la espiritualidad también forman parte del hacer ciencia. Ese algo pude entenderlo en el año 2015 en el marco de una segunda puesta en valor del sitio, conmocionado por la partida de Rodolfo Raffino y habiendo vivenciado, unos años antes, experiencias increíbles en tierras incaicas del Perú. Justo en ese momento también tuve la oportunidad de conocer a Juan Acevedo Peinado y a Mariana González, miembros del Comunitario Otorongo Wasi. Desde ya que no se trató de un encuentro casual, sino más bien de una conexión sincrónica que me ayudó a entender ese camino que ya estaba comenzando a transitar con anterioridad. Un camino que me llevó a comprender verdaderamente el centro político, administrativo y ceremonial de El Shincal de Quimivil como lo que es: un Nuevo Cusco.