Las dos caras del unitarismo: ensayando una caracterización conceptual sobre la imagen de una facción política decimonónica (1820-1852)

IGNACIO ZUBIZARRETA

Bariloche, Prov. de Río Negro

Congreso; XII Jornadas Interescuelas; 2009

Universidad Nacional del Comahue

Si por numerosos hemos de contabilizar los trabajos que se plasmaron a lo largo de la historiografía abocados al federalismo y tal vez, más particularmente al régimen rosista-, menor ha sido la atención que se le consideró a sus clásicos antagonistas, los unitarios. Podemos esbozar brevemente algunas causas: estos últimos detentaron el poder por un lapso de tiempo mucho más breve; pero, por otro lado, existe aún cierta confusión al momento de dilucidar los contornos entre directoriales, miembros del grupo rivadaviano, y unitarios. La abrupta caída de Bernardino Rivadavia (1827) se acompañó paradójicamente con el despertar del movimiento unitario, y la temprana derrota de sus dos mejores espadas -Juan Lavalle (1829) y José María Paz (1831)- obliga a intentar recomponer una historia desfragmentada entre los diferentes destinos que representaron los lugares de exilio de sus principales protagonistas. Sin pretender enfrentarnos a la talla sobredimensionada de esa labor, pero con el propósito más modesto de colaborar en una mejor comprensión del unitarismo, en el presente trabajo, y en base a una frase vertida por Tomás de Iriarte en sus Memorias, nos centraremos en confeccionar una caracterización general sobre el conjunto de la facción antedicha. Para Iriarte, los unitarios fueron el partido aristocrático , y sus integrantes reunían las mayores capacidades , traían las nuevas ideas ,las doctrinas liberales , eran los hombres más acomodados del país y se encontraban más a la moda . Como contrapartida, estaban dominados por un espíritu antipático , practicaban la intolerancia , eran impopulares y mal queridos entre las clases del pueblo por ser amanerados y por sus costumbres de imitación y parodia a la Europea que ofendían los hábitos y costumbres locales . Este rico cuadro esbozado por Iriarte nos remite a una imagen que los unitarios proyectaron ante la sociedad. Nuestro objetivo, por lo tanto, consiste en hacerla inteligible. Precisar en qué elementos pudo haberse basado quien de ese modo los retrató y desde que contexto nos presenta ese abanico de ideas y conceptos que caracterizan una facción política que pudo imponerse gracias a algunos de los atributos que pudimos ver reflejados. Pero también, fueron los mismos que coadyuvaron a no alcanzar la estima suficiente, a juicio de ese notable y flamante actor de la política moderna que fue el sector subalterno, para perpetuarse en el poder. Juan Manuel de Rosas lo entendió bien, y manipuló una imagen colectiva del unitarismo que ya se encontraba firmemente asentada en los idearios y practicas políticas de aquel tiempo.