PERSONAL DE APOYO
SCIVETTI Nicolas
congresos y reuniones científicas
Título:
EVIDENCIAS DEL ORIGEN HIPOGÉNICO EN LOS KARTS DESARROLLADOS EN CALIZAS DEL TERCIARIO INFERIOR EN LA PROVINCIA DE RÍO NEGRO, ARGENTINA
Autor/es:
SERGIO MATHEOS; DANIELA CÚCCARO; NICOLÁS SCIVETTI; AILÉN BORYA
Lugar:
Neuquén
Reunión:
Congreso; XVIII CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO "Geología: un puente entre la naturaleza y el hombre"; 2011
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
En el sector noreste de la provincia de Río Negro, Argentina, en el ámbito del Macizo Nordpatagónico, se sitúa la Cantera Tembrao (Figura 1), en la cual se observan pequeñas cavernas cársticas y espaleotemas asociados, de origen vinculado a la actividad hidrotermal, desarrolladas en las sedimentitas carbonáticas marinas de la Formación Roca (Daniano). El espesor de la secuencia es de 7 m a 9 m, yace en forma discordante con las vulcanitas jurásicas de la Formación Chon Aike, y son cubiertas por depósitos tobáceos terciarios o bien por depósitos cuaternarios. La secuencia calcárea posee una textura packstone/grainstone dominadas por granos esqueletales (bivalvos, ostrácodos, foraminíferos, equinodermos, briozoos y gasterópodos), asociada con contenidos variables de cemento y granos siliciclásticos. La estratofábrica, en conjunto con la litología, estructuras sedimentarias y los arreglos de facies evidencian un origen de carbonatos someros de agua fría, desarrollados en un ambiente marino de playa costero y parcialmente restringido (Spalletti, et al, 1993). Los niveles inferiores descriptos en la cantera se encuentran fuertemente biorturbados (icnofacies skolithos); hacia la zona media del perfil puede observarse una serie de cavidades esféricas a subesféricas (botroides) con diámetros que varían entre 2 cm a 5 cm de hasta metros (Figura 2), en general de carácter coalescente y aspecto mamelonar (Figura 3) desarrolladas por acción kárstica. Estas formas esféricas se encuentran total o parcialmente rellenas por bandas concéntricas milimétricas de material carbonático tanto cristalino como pulverulento, en las que los ejes de aquellos cristales marcadamente inequidimensionales están orientados perpendicularmente a las paredes de las cavidades. Mesoscópicamente poseen hábito radial fibroso formando abanicos y en algunos casos esferulitas casi completas. A su vez, se reconocen en zonas aledañas a las mismas, numerosas venillas de color blanco lechoso de carbonato cristalino con orientaciones subverticales a horizontales. Bajo petrografía, las bandas cambian de textura y hábito, pasando de grano fino en contacto con la roca de caja a columnares bien desarrollados en la zona media de los botroides; es de notar que bajo catodoluminiscencia, las bandas muestran una respuesta opaca a nula. Las terminaciones trigonales de los cristales columnares (24 μm a 96 μm de ancho y 500 μm a 1125 μm en las más grandes), sugieren un origen calcítico (Blavoux, 1998). En la parte interna de los botroides se encuentran venillas y rellenos de material silíceo (calcedonia cebraica) intercalados entre los cristales de carbonato de calcio. Diversos procesos y productos diagenéticos están presentes en la secuencia en estudio (Matheos y Tunik, 1998) entre los cuales mencionamos: a) cementación de borde de calcita microsparítica (con bajo contenido en Mg y tipo “coating”) muy pigmentada con coloración amarronada rodeando a bioclastos y de carácter marino; b) neomorfismo y disolución diferencial de las fases inestables; c) cementación bladded (marina) o drusiforme (vadosa) las cuales rellenan las cavidades preexistentes; d) cementación tipo sintaxial parcialmente obliterante; e) botroides; f) silicificación final que acontece a modo de relleno en la parte interna de los botroides y en relleno de fracturas (calcedonia cebraica); g) compactación química (estilolitización y formación de porosidad fenestral). A posteriori de la cementación tipo bladded puede observarse en sectores una dolomitización parcial, compuesta por rombos equigranulares pequeños anucleados, y afectados por una dedolomitización ulterior. Las evidencias del posible origen hidrotermal para la formación de las cavidades y espeleotemas incluyen rasgos diagnósticos como ser: morfología esférica de las cavidades; la alteración de la roca hospedante; venillas que la cortan en esta misma zona alterada; presencia de la dolomitización (Dzulynsky y Sass - Gustkiewicz, 1975); silicificación (típica de una fase final de menor temperatura); la precipitación de grandes cristales de calcita formados en un sistema de aguas termales estables con una lenta desgasificación e intercambio de agua (Bosak, 1998), y la presencia de mineralizaciones de sulfuros. Un modelo preliminar propuesto en este trabajo para la formación de estas cavidades y de los botroides, consiste en plantear la combinación de procesos corrosivos iniciales, originados por aguas termales, asociados a episodios de depositación subácuea. En el mismo se habría generado en un principio la disolución en las calizas Danianas y luego la depositación de las bandas de carbonatos cristalinos de estructura mamelonar. Una vez generada la cavidad por la acción corrosiva, las aguas termales sufrirían una desgasificación por desconfinamiento al ingresar paulatinamente en la estructura, con la consecuente depositación de las bandas de calcita que forman los botroides. Fenómenos de convección de calor que generan estos fluidos hidrotermales, favorecerían a la forma esférica de las cámaras (Audra et al, 2009). El proceso de formación de los cristales en un principio debió haber sido rápido debido al contraste de temperatura con las paredes, pero en las bandas sucesivas, que muestran un desarrollo cristalino de mayor magnitud, el proceso de cristalización tendría que haber sido significativamente más lento. Análisis futuros de inclusiones fluidas traerán con seguridad mayor confiabilidad a esta hipótesis.