INVESTIGADORES
MUÑOZ Maria Antonia
congresos y reuniones científicas
Título:
PENSAR LAS FORMAS DEL SUJETO DECOLONIAL Y LAS ESTRATEGIAS POLITICAS
Autor/es:
MARÍA ANTONIA MUÑOZ
Reunión:
Congreso; III Congreso Internacional Filosofía y Ciudad: Nuevas Ciudadanías para una civilización en colapso.; 2023
Institución organizadora:
Universidad de Navarra, España.
Resumen:
La teoría decolonial parte de un diagnóstico sobre las consecuencias de la articulación histórica entre el capitalismo, la modernidad y la colonialidad. Aunque con debates en torno a lo que significa cada una de esas categorías se propone a la colonialidad como "patrón de poder que opera a través de la naturalización de jerarquías territoriales, raciales, culturales y epistémicas, posibilitando la re-producción de relaciones de dominación; este patrón de poder no sólo garantiza la explotación por el capital de unos seres humanos por otros a escala mundial, sino también la subalternización y obliteración de los conocimientos, experiencias y formas de vida de quienes son así dominados y explotados”. Este consenso se orienta a sostener que el sistema colonial moderno capitalista (C/M/C) produjo novedosas formas de clasificación y jerarquización social que no se pueden reducir a la clase. Así como en la colonia las poblaciones originarias fueron definidas como “no humanos”, por lo que no les cabía el concepto de sujeto, la continuidad de la colonialidad por otros medios también produce grupos poblacionales no aptos para esa categoría. La modernidad, como imaginario de progreso falso, es denunciada por construir un universal que encubre un punto de vista particular “eurocéntrico”. Este se impone con el objeto de producir un solo camino civilizatorio posible. Europa, se presenta como agente universal bajo el argumento de que su particularidad expresa el verdadero camino hacia la emancipación y liberación. Por esta razón, ese punto de vista particular es poseedor de los privilegios epistémicos, ontológicos, culturales y económicos. La razón garantiza la transparencia entre lo universal y el contenido particular que expresa Europa (ahora extendido al mundo anglosajón, en particular al Estados Unidos como “agente imperial”)Aquí hay posiciones que se pueden diferenciar. Hay posturas que enuncian la modernidad como monolítica y sinónimo del capitalismo, de instrumentalidad y colonialidad (mencionar algún/os autor/es, idealmente obras a pie de página). Otras, en cambio, proponen pensarla como proceso que contiene tensiones. Si bien por un lado lo primero es cierto, también la modernidad contiene una dimensión prometeica asociada a la emancipación, la igualdad y la libertad (igual, mencionar algún autor paradigmático). La raza se piensa como un principal producto de este proceso, las posiciones se han ido complejizando y se han incorporado otros aspectos. Para Quijano la racialización se convirtió en una categoría clave para entender cómo están organizadas las relaciones de explotación y dominación. Clase, raza y sexo devinieron en una forma clasificatoria articulada de la heterogeneidad histórica estructural. La colonialidad, más allá de la colonización, se refiere entonces al patrón mundial de poder basado en la producción de grupos o posiciones sociales. Desde esta perspectiva, la construcción de la raza o “racialización” coloca al descubrimiento de América Latina como proceso de categorización, clasificación y jerarquización, y es el que habilita (en conjunto con el sexo y la clase) a la construcción del capitalismo y la modernidad.El feminismo decolonial complejizará el análisis global y sostendrá que “no hay sexo sin racialización”. Dicho de otra manera, el género, la sexualidad y los criterios de normalidad/anormalidad también son constitutivas de dicho proceso histórico y claves para entenderlo. En este sentido, si la modernidad colonial construyó una jerarquía dicotómica entre lo humano y lo no humano o menos humano, no solo se apoyó sobre la racialización sino sobre la construcción de la jerarquía hombre – mujer al servicio de lo que se definía como civilizado.En este punto es evidente que, a pesar de las diferencias argumentativas, la postura decolonial tiene entre sus argumentos centrales evidenciar cómo se produjo un sistema de posiciones sociales jerarquizadas al entrelazarse los procesos de la modernidad, de la colonialidad y del capitalismo. Es, en este sentido, un intento de explicación de cómo las grandes estructuras producen procesos de sujeción singulares o dicho de otra forma posiciones de “no sujetos”, y/o posiciones de sujeto subalternizadas. Pero ¿Cómo es posible desde esta perspectiva el cambio, la transformación o la liberación? En esta ponencia sintetizaré las diferentes posiciones que se orientan a responder esta pregunta. Para pensar a la asociada a la diferencia colonial recuperaré principalmente a Lugones, mientras que en la segunda repasaré las propuestas de Castro Gómez y Dussel. Una tercera opción esta asociada al retorno de las identidades, será tratada a través de todo el artículo, pero como objeto de crítica. Ordenaré la exposición de la siguiente manera. En primer lugar, repasaré algunas posiciones que denominaré de la “diferencia”. Entre ellas también hay diferentes argumentos, pero todas parten de señalar la existencia de identidades en los bordes del sistema C/M/C y patriarcal. En esta sección incorporaré brevemente no solamente la propuesta sobre la diferencia colonial, sino también otras más ancladas en una defensa de las identidades. En la sección siguiente recuperaré la discusión en torno el abandono de la universalidad tal como lo pretenden los autores de la diferencia a la luz de cómo lo entienden los autores que proponen la transmodernidad como salida al sistema colonial, moderno, capitalista y patriarcal (C/M/C/P). Para ello, propondré una comparación entre Dussel y Castro Gómez con el objeto de entender que también hacen referencias diferentes en torno a los sujetos políticos y las implicancias en torno a las estrategias. En la discusión final introduciré lo que me parecen contradicciones o tensiones en cada una de las perspectivas, no para resolverlas en este artículo sino para señalarlas como posible forma de emprender futuras investigaciones. Abstract Decolonial theory is based on a diagnosis of the consequences of the historical articulation between capitalism, modernity and coloniality. Although with debates about what each of these categories means, coloniality is proposed as a "pattern of power that operates through the naturalization of territorial, racial, cultural and epistemic hierarchies, enabling the reproduction of relations of domination. "This pattern of power not only guarantees the exploitation by capital of some human beings by others on a global scale, but also the subalternization and obliteration of the knowledge, experiences and ways of life of those who are thus dominated and exploited." This consensus is orients us to maintain that the modern capitalist colonial system (C/M/C) produced new forms of social classification and hierarchization that cannot be reduced to class. Just as in the colony the original populations were defined as “non-human”, for which did not fit the concept of subject, the continuity of coloniality by other means also produces population groups not suitable for that category. Modernity, as an imaginary of false progress, is denounced for constructing a universal that conceals a particular point of view. “Eurocentric.” This is imposed with the aim of producing a single possible civilizational path. Europe is presented as a universal agent under the argument that its particularity expresses the true path towards emancipation and liberation. For this reason, that particular point of view is the possessor of epistemic, ontological, cultural and economic privileges. Reason guarantees transparency between the universal and the particular content expressed by Europe (now extended to the Anglo-Saxon world, in particular the United States as an “imperial agent”).Here there are positions that can be differentiated. There are positions that state modernity as monolithic and synonymous with capitalism, instrumentality and coloniality (mention some author(s), ideally works at the bottom of the page). Others, however, propose thinking about it as a process that contains tensions. Although on the one hand the first is true, modernity also contains a Promethean dimension associated with emancipation, equality and freedom (also, mention some paradigmatic author).Although race is thought of as a main product of this process, positions have become more complex and other aspects have been incorporated. For Quijano, racialization became a key category to understand how relations of exploitation and domination are organized. Class, race and sex became an articulated classificatory form of historical structural heterogeneity. Coloniality, beyond colonization, then refers to the global pattern of power based on the production of groups or social positions. From this perspective, the construction of race or “racialization” places the discovery of Latin America as a process of categorization, classification and hierarchization, and is what enables (together with sex and class) the construction of capitalism and modernity.Decolonial feminism will make global analysis more complex and maintain that “there is no sex without racialization.” In other words, gender, sexuality and the criteria of normality/abnormality are also constitutive of said historical process and key to understanding it. In this sense, if colonial modernity built a dichotomous hierarchy between the human and the non-human or less human, it was not only based on racialization but on the construction of the male-female hierarchy at the service of what was defined as civilized.At this point it is evident that, despite the argumentative differences, the decolonial position has among its central arguments to show how a system of hierarchical social positions was produced when the processes of modernity, coloniality and capitalism were intertwined. It is, in this sense, an attempt to explain how large structures produce singular subjection processes or, in other words, “non-subject” positions, and/or subalternized subject positions. But how is change, transformation or liberation possible from this perspective?In this presentation I will synthesize the different positions that are aimed at answering this question.To think about the one associated with the colonial difference I will mainly recover Lugones, while in the second I will review the proposals of Castro Gómez and Dussel. A third option is associated with the return of identities, it will be treated throughout the article, but as an object of criticism.I will organize the exhibition as follows. First, I will review some positions that I will call “difference.” There are also different arguments among them, but they all start from pointing out the existence of identities on the edges of the C/M/C and patriarchal system. In this section I will briefly incorporate not only the proposal on the colonial difference, but also others more anchored in a defense of identities. In the following section I will recover the discussion around the abandonment of universality as intended by the authors of difference in light of how the authors who propose transmodernity as a way out of the colonial, modern, capitalist and patriarchal system understand it (C/ M/C/P). To do this, I will propose a comparison between Dussel and Castro Gómez in order to understand that they also make different references regarding political subjects and the implications regarding strategies. In the final discussion I will introduce what seem to me to be contradictions or tensions in each of the perspectives, not to resolve them in this article but to point them out as a possible way to undertake future research.