INVESTIGADORES
GUGLIELMUCCI Ana
libros
Título:
Memorias desveladas. Prácticas y representaciones colectivas del encierro por razones políticas
Autor/es:
GUGLIELMUCCI, ANA
Editorial:
Tientos Editora
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2007 p. 138
ISSN:
978-987-21311-3-5
Resumen:
Transcurridos veinticinco años desde el Golpe militar del 24 de marzo de 1976, los relatos, las visiones y las representaciones del terrorismo de Estado conviven generando diferentes discursos, algunos impugnados y otros legitimados por la opinión pública, que evidencian que hay memorias encontradas, recuerdos antagónicos en función de un presente que cotidianamente nos acerca los hechos del pasado. Durante más de veinte años, una gran parte de los protagonistas de esta importante etapa histórica del país no pudieron contar públicamente sus experiencias, e incluso hoy en día existen implícitas restricciones para poder hacerlo. Esta exclusión de sus relatos apunta claramente a las relaciones de poder que están siempre en juego en el proceso de construcción de la Historia. La categoría de “víctima”, ampliamente utilizada para referirse a los “desaparecidos”, a los niños nacidos en cautiverio y apropiados ilegalmente por el aparato de represión estatal, y a los familiares directos que se constituyeron con entidad política (“Abuelas”, “Madres”, “HIJOS”, “Familiares” de detenidos-desaparecidos y asesinados durante la dictadura militar), no abarca generalmente a los exiliados (tanto internos como externos) y a los ex presos políticos, entre otros. Estos últimos parecen no encontrar en el discurso binario cristalizado en la “teoría de los dos demonios” lugar como voces legítimas (por su participación en la lucha armada), lo que se condice con la pérdida de la identidad política de los “desaparecidos”, redimidos en su definición como “víctima”. Esta categoría permitió librarlos de la definición como “subversivos” que se les adjudicaba durante la Dictadura, pero también despolitizó y suprimió las opciones ideológicas de los actores para dar cuenta de ellos, como si por fuera de la “normalidad” establecida desde el poder no pudieran existir sino “monstruos” y “prodigios”. Esta situación hace que nos planteemos quiénes son hoy las voces socialmente aceptadas para dar cuenta de la violencia política de la década del setenta y qué es lo que cabe en el registro de la Historia. De la pregunta anterior derivó la elección de trabajar con un grupo de mujeres que “militaron” en organizaciones revolucionarias y permanecieron presas entre los últimos meses del gobierno de María Estela Martínez de Perón (1974-1976) y los últimos años del PRN en la cárcel de Villa Devoto, por sus ideas y prácticas políticas desafiantes respecto de los partidos tradicionales y el capitalismo, con el fin de relevar sus trayectorias de vida. En primer lugar, porque si bien nunca se han manifestado públicamente como un colectivo identitario, muchas de ellas continúan reuniéndose hoy en día -como ya dijimos- para conversar y elaborar herramientas que les permitan trabajar en conjunto sobre las consecuencias de experiencias de vida surcadas -entre otras cosas- por la “militancia” en organizaciones revolucionarias, la persecución por parte de las fuerzas de seguridad, la clandestinidad, la tortura, la cárcel y el exilio. Lo cual nos advierte sobre la coexistencia, junto a los discursos oficiales, de ‘memorias subterráneas’. Memorias, muchas veces disidentes, que se transmiten cuidadosamente en las redes de parentesco y amistad, guardadas en estructuras de comunicación informales, y que pasan desapercibidas para la sociedad en general (Pollak, 1989). Y, en segundo lugar, porque la política penitenciaria del régimen militar presentó determinadas peculiaridades con relación a la población femenina que hacen que el análisis de la reclusión en la cárcel Villa Devoto permita complejizar el estudio sobre la lógica del terrorismo de Estado y la dinámica de las organizaciones revolucionarias. A diferencia de los hombres, las mujeres tendieron a ser concentradas mayoritariamente en una única unidad penitenciaria situada en plena Capital Federal, lo cual fundó un espacio de reclusión particular, pues, paradójicamente, la cárcel constituyó un espacio que posibilitó la vinculación de mujeres con diferentes orígenes sociales, procedencias distintas, ideologías políticas disímiles, diversos grados de compromiso y “responsabilidad militante”, en un período en el que el Estado se caracterizaba por suprimir todos los canales de participación política. Relevar las trayectorias vitales de un grupo de mujeres, ex “militantes” y ex presas políticas, permitirá contribuir no sólo al desarrollo de una línea temática aún no lo suficientemente elaborada en la profusa bibliografía sobre el terrorismo de Estado, como es la cuestión de la prisión política, sino también profundizar en problemáticas que exceden los intereses académicos y constituyen ejes que atañen a la sociedad en general. Abordar el tema de la militancia revolucionaria, el cautiverio clandestino, la prisión política y la salida en libertad, nos permitirá aproximarnos al análisis del proceso de construcción de la memoria de la Dictadura, pues, a través de la voz de las mujeres que participaron activamente en la vida política de aquellos años y sobrevivieron a múltiples dispositivos represivos, se revelarán eventos políticos hasta ahora ignorados, nos informaremos sobre la complejidad del terrorismo de Estado y sus efectos sobre amplios sectores de la sociedad, y nos introduciremos en interpretaciones que han quedado marginadas, han sido monopolizadas o han sido soporte de una reivindicación acrítica en el estudio de los conflictos políticos de las décadas del sesenta y el setenta, como las de “subversión”, “lucha armada”, “guerra”, “derrota”, “traición” y tantas otras. Es por ello que, a la manera de un explorador, encaramos este viaje al pasado dictatorial a través de los recuerdos de mujeres ex “militantes” y ex presas-políticas, ante todo, como una forma de desvelar aquello que está adormecido en la vigilia de la memoria y poder dar voz a aquello que el discurso oficial excluye. De esta forma, sus recuerdos, anclados en un espacio-tiempo social concreto, emplazarán el marco que -a la manera de una bisagra- nos permitirán articular pasado y presente, relevando los espectros sociales subrepticios proyectados sobre el schermo vuoto del porvenir.