Culturas Populares en la Argentina Contemporánea: algunas preguntas, algunas trayectorias, algunas afirmaciones

ALABARCES, PABLO

Salta

Congreso; VIII Jornadas Nacionales de Salud Mental: "Marcas de la época, huellas en el sujeto"; 2004

Colegio de Psicólogos de Salta

Pensar esta presentación me supuso unas cuantas dificultades. La primera es fácil de solucionar, y se resuelve en un agradecimiento masivo: a los realizadores por su invitación gentil y generosa, para conocer esta hermosa ciudad y poder estar con ustedes; a ustedes, por venir compartiendo la creencia de que aquí puede decirse algo útil, medianamente interesante o supuestamente inteligente. Ese agradecimiento no compensa mis deudas con todos ustedes, pero al menos intento ir en ese camino. La segunda dificultad se origina en una intersección: entre aquello que los organizadores me pidieron y lo que yo mismo propuse como tema de esta charla. Es que los horizontes propuestos por mi título son ambiciosos y extensos. Y pueden solucionarse de dos maneras: la primera, drástica, me conduce a la afasia. Y consiste en afirmar sencillamente que aquello de lo que debería hablar no existe, tal y como lo conocimos históricamente, y que deberíamos hablar de otra cosa, o nombrarlo de otra manera, sabedores de que la capacidad de nombrar, de inaugurar un significante, es aquello que permite un saber, o foucaultianamente, una episteme. No voy a cometer ese exceso radical: las culturas populares existen, pueden seguir siendo nombradas, deben seguir siendo testarudamente revisadas, pensadas, analizadas. Pero admítaseme, provisoriamente, que la posibilidad de clausurar la deriva del significante existe: después de todo, hoy no se habla de pueblo sino de gente, masivamente, en el discurso cotidiano, periodístico, político y hasta académico. Y suprimido el significante originario pueblo, queda cancelada su adjetivación: popular. No existe, ni como hecho sociológico ni como categoría intelectual, una presunta cultura de la gente, como diferente de otra cultura culta, hegemónica, oficial, elevada, de élite (y recordemos o anticipemos: se es popular porque no se es otra cosa, popular siempre designa una distinción, una otredad, un diferencial, un clivaje). Voy a optar, entonces, por un segundo modo de solucionar esa dificultad problemática: y será, sintéticamente (porque es imposible contarles todo, resumir 50 años de debates en estos minutos), resumir los discursos y los problemas a partir de mi propia experiencia de analista e investigador, y de los debates que conocí y conozco, atravesados por mi experiencia y mi posición en el campo.