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La Tierra de Pinares presenta un escenario privilegiado para el análisis de la realidad forestal de las comunidades campesinas medievales. La biodiversidad que caracteriza a estos espacios es el sostén de una multiplicidad de aprovechamientos destinados a abastecer tanto a las unidades domésticas como a las distintas actividades productivas. El encuadramiento de la mayoría de los montes y pinares dentro de un régimen colectivo de propiedad otorga a las respectivas comunidades un papel preponderante en la gestión y regulación de los usos. Sin embargo, la compleja arquitectura político-administrativa en la que se solapan diferentes niveles de organización concejil, junto con el poder señorial y regio divide a los usufructuarios e incentiva los conflictos entre aldeas y villas vecinas. En esta contribución analizaremos las disputas que se producen de manera cotidiana por la madera y la leña entre las comunidades que componen el espacio cuellarano entre los siglos XIV y XVI, a partir de la información que proveen tanto los procesos judiciales como la abundante producción normativa de los concejos. En qué medida las prácticas consuetudinarias del campesinado son interferidas por este diseño institucional, generando desequilibrios en los modos de obtener y disfrutar de los recursos es un interrogante ineludible. Asimismo, será de especial interés reconocer la presencia de lógicas comunales diferenciadas que entran en fricción en la explotación de los espacios silvícolas. Comunales de aldea, mancomunales, comunal de villa y tierra se presentan como categorías habituales para la historiografía pero que exigen el esfuerzo de precisar su significación para los contemporáneos. En suma, ¿qué intereses se expresan en las disputas entre comunidades vecinas?, ¿cuáles son los resultados habituales de esas disputas? Al estudio de estas cuestiones dedicaremos esta colaboración.

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