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El camino hacia el surgimiento de la Economía Política como disciplina coincide con la consolidación de los estados nacionales y es prefigurada por esta circunstancia. Los estados nacionales entre los siglos XVI y XVII fundaban su actividad económica y política en los principios mercantilistas, que asociaban la riqueza con la posesión de metales y por tanto, con la actividad colonial y el comercio monopólico. Al establecer las bases de la Economía Política, Adam Smith va a dar forma literaria a un proyecto de sociedad, o mas bien a una forma de socialización que aún no tenía nada de natural y que no era la consecuencia obligada del desarrollo del capitalismo. Una sociedad de mercados libres no era la consecuencia evidente de la consagración del trabajo humano como fuente del valor, como el fundamento último de la riqueza. Para la antropología económica, las sociedades tradicionales o precapitalistas desconocen la distinción entre lo político y lo económico.Para que tal distinción fuera posible, esto, es, pudiera haber nacido, era necesario primero que la economía pudiera ser vista como un sistema separado de lo social, con leyes propias. Para Karl Polanyi, Smith fue un predicador, un profeta que esboza un proyecto social que aún no tenía nada de real. La creación de un mercado de tierra, de dinero y de mano de obra no fue un resultado espontáneo sino algo instrumentado desde el Estado, como institución omnipresente. La Riqueza de las Naciones no niega el papel del Estado pero va a establecer las bases para que en el siglo XIX se hable con Hegel y Ricardo de una sociedad no sujeta a las leyes del Estado y que somete al Estado a sus propias leyes. La Economía política es la ciencia que debe enunciar las leyes naturales de este orden económico autorregulador.

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