Pibes sin calma. Desigualdades y vulnerabilidades en las juventudes argentinas

CAPRIATI, A. J

Grupo Editor Universitario

Lugar: Ciudad de Buenos Aires; Año: 2019 p. 84

978-987-8308-03-6

Nacer y crecer en Argentina, como en gran parte de América Latina y del mundo, significa desarrollarse en una tierra rica en oportunidades, sólo para un grupo privilegiado de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Un grupo que habita un entorno no contaminado, reside en un barrio con agua segura y cuenta con una vivienda adecuada. Un grupo que no asume obligaciones de trabajo cuando es tiempo de estar en la escuela, ni crece en un ambiente de maltrato y abusos sexuales. Pertenecer a este grupo tiene poco que ver con el azar, los méritos personales o las actitudes individuales. La desprotección social no se distribuye aleatoriamente, las desigualdades sociales y de género se superponen sobre ciertos grupos sociales y se acumulan en determinados territorios. Como en otras problemáticas de salud (Graham, 2016), en temas de infancia, adolescencia y juventud el código postal dice mucho más que el código genético. En este libro reviso teorías, examino datos estadísticos y analizo trayectorias biográficas de jóvenes. El trabajo está orientado por dos apuestas. Investigar para producir evidencias que permitan saber más sobre los modos en que las desigualdades sociales y de género, los padecimientos y las violencias se anudan en la vida de las personas. Y al mismo tiempo, sistematizar los conocimientos sobre las condiciones y los procesos que minimizan, reducen o interrumpen las vulnerabilidades en la adolescencia y juventud. Para pensar las relaciones entre salud y juventudes planteo la idea de producción social de vulnerabilidades. La dimensión estructural y programática de este proceso puede ser sintetizado en la expresión popular ?llueve sobre mojado?. Con esa frase quiero resaltar que los déficits institucionales para la contención y el acompañamiento frente a la escasez material, las violencias, los consumos de drogas, entre otras problemáticas, se dan especialmente en los grupos y territorios en los cuales el encadenamiento de las desigualdades estructurales, ambientales y de género ha generado mayores privaciones. Estos procesos instauran condiciones de precariedad: así, adolescentes y jóvenes residentes en territorios con múltiples privaciones sociales, se encuentran obligados a hacerse a sí mismos con un inestable acompañamiento del mundo adulto y las instituciones. La exigencia de hacerse adulto a edades tempranas es la dimensión subjetiva de la producción social de vulnerabilidad y devela encadenamientos singulares entre las privaciones sociales, las subordinaciones de género y los abusos del mundo adulto. Son cuerpos jóvenes obligados a trabajar. Pibes y pibas sin calma, expuestos a la precariedad de la calle y los abusos.El estudio de las desigualdades y las vulnerabilidades que afectan la vida de las personas jóvenes pone de relieve una serie de encrucijadas. La primera apunta a las experiencias de cada joven: las maneras de narrar su vida e hilvanar los acontecimientos que han marcado su trayectoria. La segunda refiere a los anclajes institucionales: los modos en que sus acciones habilitan o no nuevos repertorios discursivos, posibilitan o no el ejercicio de la autonomía. En su acontecer diario, las instituciones que trabajan con niños, niñas, adolescentes y jóvenes pueden reforzar o revertir las situaciones de vulnerabilidad y desamparo. La tercera encrucijada nos interpela como sociedad, qué observamos y callamos, qué impugnamos o permitimos que suceda. En Pibes sin calma aspiro a comprender fenómenos vinculados con la adolescencia y la juventud, conectar del modo más explícito posible la comprensión del fenómeno con la crítica social, generar insumos para la reducción de vulnerabilidades en adolescentes y jóvenes y contribuir al debate público con producciones provenientes de las ciencias sociales.