INVESTIGADORES
BEILINSON Elisa
congresos y reuniones científicas
Título:
Reinterpretación bioestratigráfica de los cenoléstidos (Marsupialia) de la Región Pampeana: el caso de Pliolestes tripotamicus Reig, 1955.
Autor/es:
DESCHAMPS, C.M.,; GASPARINI, G.M.; BEILINSON, E.; ZÁRATE, M.A.; TOMASSINI, R.L.
Lugar:
San Miguel de Tucumán
Reunión:
Congreso; XX Congreso Geológico Argentino y IV Simposio del Mioceno - Pleistoceno del Centro y Norte de Argentina; 2017
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
Los límites de las unidades estratigráficas continentales neógenas del centro de Argentina han sido largamente discutidos, especialmente entre los pisos/edades Huayqueriense y Montehermosense. Una correcta interpretación de la estratigrafía y cronología de sitios paleontológicos controversiales a la luz de nuevos estudios resulta esencial para esclarecer discusiones sobre distribuciones temporales y geográficas de diversos taxones, así como su implicancia en inferencias paleoambientales. En estas interpretaciones se involucran dos aspectos, la asignación de los niveles portadores de un taxón a un determinado Piso/Edad, y la correlación con la escala global. El primer aspecto se basa en el estado del conocimiento del taxón y su linaje; y el segundo depende en gran medida de la obtención de dataciones numéricas. En este sentido, el límite Huayqueriense-Montehermosense fue asignado primero a la base del Plioceno tardío (Pascual et al. 1965), luego dentro del Mioceno tardío (e.g. Flynn y Swischer 1995; Cione y Tonni 1995), y después dentro del Plioceno temprano (Deschamps et al. 2013; Tomassini et al. 2013). En el sur de la provincia de Buenos Aires, particularmente en la cuenca del río Quequén Salado, el ?Irenense? fue considerado una única unidad correlacionada tanto con el Montehermosense (Reig 1955) como con el Chapadmalalense (Goin et al. 1994). Sin embargo, Verzi et al. (2008) sugirieron que al menos los niveles portadores del roedor octodóntido Xenodontomys ellipticus podrían correlacionarse con el Huayqueriense. Recientemente, sobre la base de la propuesta de dos unidades neógenas de diferentes edades para el ?Irenense? [Unidad Aloestratigráfica A (UAA), asignada al Huayqueriense y Unidad Aloestratigráfica B (UAB), asignada al Montehermosense] aflorantes en esta cuenca (Beilinson et al. 2015, 2017), se reinterpretó el registro del marsupial Pliolestes tripotamicus. Este taxón fue hallado en la localidad Paso del Médano, en la unidad UAA, junto con restos de X. ellipticus. Esta asociación permite correlacionar los niveles portadores con los niveles medios del sitio paleontológico Cantera Vialidad (partido de Bahía Blanca, sur de la provincia de Buenos Aires) portadores de X. ellipticus y datados en 5,28±0,04 Ma (Schultz et al. 2006; Deschamps y Tomassini 2016). En la UAB aflorante en varias localidades del Quequén Salado, se registran numerosos especímenes de micromamíferos (roedores Actenomys priscus y Eumysops laeviplicatus, así como algunos cricétidos) típicos del Montehermosense. Sin embargo, no se encontraron ejemplares de Pliolestes en esta unidad (como tampoco en las localidades típicas del Montehermosense y Chapadmalalense), por lo que se estima que este taxón no habría formado parte de los elencos faunísticos del Montehermosense y Chapadmalalense, como se creía hasta ahora (Abello, 2013). Teniendo en cuenta la otra especie del género, P. venetus, proveniente de niveles huayquerienses de la Formación Cerro Azul, La Pampa (Goin, et al. 2000), y el registro de Pliolestes sp. en la Formación Arroyo Chasicó (Mioceno tardío, Chasiquense) (Pascual y Herrera 1973), el biocrón del género Pliolestes se restringe al Chasiquense-Huayqueriense. La retracción de los cenolestinos hacia la región andina (donde habitan actualmente) fue explicada por competencia con los inmigrantes holárticos, tales como los roedores cricétidos (Pascual y Herrera, 1973), o relacionada con eventos paleoclimáticos desencadenados por el levantamiento de los Andes (Abello 2013). Con esta reasignación bioestratigráfica la retracción habría tenido lugar no durante el Plioceno tardío como se había propuesto, sino hacia principios del Plioceno, cuando también se registran los primeros cricétidos en la región Pampeana.